sábado, 7 de febrero de 2009


Yo adivino el parpadeo

de las luces que a lo lejos

van marcando mi retorno

son las mismas que alumbraron

con sus pálidos reflejos

hondas horas de dolor

y aunque no quise el regreso

siempre se vuelve al primer amor

la quieta calle, que en el eco dijo

tuya es su vida, tuyo es su querer

bajo el burlón mirar de las estrellas

que con indiferencia hoy me ven volver

Volver, con la frente marchita

las nieves del tiempo, platearon mi sien

sentir que es un soplo la vida,

que 20 años no es nada

que febril la mirada

errante en la sombra te busca y te nombra

Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez.

Tengo miedo del encuentro con el pasado

que vuelve a enfrentarse con mi vida

tengo miedo de las noches

que pobladas de recuerdos encadenan mi soñar,

pero el viajero que huye,

tarde o temprano detiene su andar

y aunque el olvido que todo destruye

haya matado mi vieja ilusión

queda escondida una esperanza humilde

que es toda la fortuna de mi corazón.

Volver, con la frente marchita

las nieves del tiempo, platearon mi sien

sentir que es un soplo la vida,

que 20 años no es nada

que febril la mirada

errante en la sombra te busca y te nombra

Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez.

Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez.

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