miércoles, 29 de julio de 2009

I don't practice santeria .
C riminal.

lunes, 27 de julio de 2009

Víctima de soledad, víctima de un mal extraño,
mi corazón se ha partido en dos.
¿Quién te ha visto y quién te ve?
Quién te ama te hace daño, mi corazón se ha partido en dos
veo esa sangre en la pared, iluminó mi ser
algo va a caer,
veo tu sombra y ya no sé,
ya no sé qué hacer, algo va a caer
Víctima de libertad, víctima de un sol extraño
¡Oh!
Mi corazón se ha partido en dos
cuando todos van a ver
cuando va a nacer
todo va a caer
tengo que salir y volver
desaparecer
y alguien va a caer
víctima de libertad
víctima de soledad.

domingo, 26 de julio de 2009

Sometimes I feel
Like I don´t have a partner
Sometimes I feel
Like my only friend
Is the city I live in
The city of angels
Lonely as I am
Together we cry
I drive on her streets
'Cause she's my companion
I walk through her hills
'Cause she knows who I am
She sees my good deeds
And she kisses me windy
I never worry
Now that is a lie
I don't ever want to feel
Like I did that day
Take me to the place I love
Take me all the way
It's hard to believe
That there's nobody out there
It's hard to believe
That I'm all alone
At least I have her love
The city she loves me
Lonely as I am
Together we cry
I don't ever want to feel
Like I did that day
Take me to the place I love
Take me all that way
Under the bridge downtown
Is where I drew some blood
Under the bridge downtown
I could not get enough
Under the bridge downtown
Forgot about my love
Under the bridge downtown
I gave my life away
LIFE FOR RENT.
Por un te quiero,
me la juego a morir.
Look who's alone now.
galang, siente el sabor de la sinceridad
palabras venenosas pueden hacerme mal
siente el sabor de la sinceridad
palabras positivas pueden llegar a sanar
y siente el sabor de la sinceridad
galang, no te detengas, galang
galang que mas grande la maldad
mas terrible ardera el fuego
las obras de tus manos construyeron o destruyeron?
con palabras suaves me muevo
yo no me mareo
y la tierra de los padres de I&I no te espero
tanto trabajador de la iniquidad
hacia la f.b.i. policia pa' controlar
y el pobre no duerme de tanto desear
lo que el rico cuida tanto que no encuentra la paz
siente el sabor de la sinceridad
galang, no te detengas galang
galang siente el sabor de la sinceridad
palabras venenosas pueden hacerme mal
siente el sabor de la sinceridad
palabras positivas pueden llegar a sanar
siente el sabor de la sinceridad
galang, no te detengas galang
y esto no suena a plastico,ni estatico,ni mediatico
cachetada pa´los apaticos
es mi trabajo practico
no rimo en piloto automatico
solo dejo a los escenicos
canto de rastafari
bailan hasta los escepticos
galang, tanto trabajador de la iniquidad
hacia la FBI policia pa' controlar
y el pobre no duerme de tanto desear
lo que el rico cuida tanto que no encuentra la paz
siente el sabor de la sinceridad
galang no te detengas galang
galang, siente el sabor de la sinceridad
palabras venenosas pueden hacerme mal
siente el sabor de la sinceridad
palabras positivas pueden llegar a sanar
y siente el sabor de la sinceridad
galang, no te detengas galang
dividir y reinar
ghetto youth get wise
viejo truco de babilonia que deje de funcionar
dividir y reinar
ghetto youth get wise
viejo truco de babilonia que deje de funcionar
galang, tanto trabajador de la iniquidad
hacia la FBI policia pa' controlar
y el pobre no duerme de tanto desear
lo que el rico cuida tanto que no encuentra la paz
siente el sabor de la sinceridad
galang, no te detengas galang
galang siente el sabor de la sinceridad
palabras venenosas pueden hacerme mal
siente al sabor de la sinceridad
palabras positivas pueden llegar a sanar
y siente el sabor de la sinceridad
galang, no te detengas galang

sábado, 25 de julio de 2009

quelqu'un m'a dit, que tu'm aimais encore
serais ce possible alors?

Cansancio.

( 25/7/09 ------> 20:58 p.m )

Estoy cansado de siempre la misma mierda. Cansado de siempre querer cambiar, y fracasar, (cuando no, YO fracasando en algo). Cansado de hacerles creer a los demás una realidad que no es. Cansado de tratar de ser otro, y que siempre se me caiga la careta, y que todos miren a alguien que en realidad no está.
Lamento rendirme antes de la pelea, pero no puedo seguir luchando, no DE ESTA MANERA, NO ASÍ.
Necesito, quiero, proclamo un cambio interior en mí. La verdad no sé por qué escribo esto, si sé que NADIE lo va a leer. Todos con todos menos yo. TODOS FELICES menos yo. Yo, el fantasma de 15 años. Ni siquiera novia tengo, ni siquiera tengo a alguien a quien pueda expresarle mi amor. No tengo a nadie. No tengo nada. Solo me tengo a mí, pero ya ni yo sirvo.
Me siento un idiota realmente. ¿Por qué NO PUEDO DISFRUTAR DE NADA? ¿Por qué siempre tengo que sonreír, pero por dentro llorar a mares? ¿Por qué no puedo desahogarme sin que nadie me vea y me pregunten 'qué te pasa juan?'? ¿Por qué?
¿Tan difícil es ser feliz? ¿Tanto cuesta?. Y encima mi viejo me dice: 'Dejá de comer, que si no no te van a poder devorar en Fin de Año, cual lechón'. Y después el que tiene malas actitudes soy yo.
Que piense ÉL en SUS actitudes, antes de meterse conmigo. Bue, voy a tratar de que se me pase esto, ya mañana seguro es todo 'no pasa naranja'. Los quiero mucho, y si después de este texto quieren comentar o irse a otro blog, bienvenidos sean. Yo no obligo a nadie a comentar en este texto victimario. En este texto de un chico que se siente un fantasma. Fantasma. Yo. Nadie.
bag
it
up
I'm outta time.

jueves, 23 de julio de 2009

La cápsula malvada

La parte de mi vida que voy a contar a continuación tiene tanto que ver con conejos y arco iris como tiene que ver con la política económica australiana. Ajústense los cinturones y por favor permanezcan sentados. Este es un vuelo propenso a estrellarse, como cada vez que lo cuento. Y sin embargo, sigo volando.
Quisiera o no, que Alejo estuviera con la hermana gemela de su primer amor me estaba corroyendo el espíritu y lo poco de autoestima y esperanzas que albergaba (quizá inútilmente). Nunca me gustó dar lástima y por ello en la universidad ninguna de mis amigas siquiera sabía lo mal que la estaba pasando. Había vuelto el arlequín, el muñequito de torta, el disfraz de la mujer maravilla, todos juntos, combinados intentando formar una nueva personalidad para confrontar este momento: abandono. Y peor aún: reemplazo. Porque sí, sabemos que tengo un tema con el abandono (y que probablemente se deba a algún desvarío de mi infancia) pero si hay algo que me cuesta más que el abandono es el reemplazo. Palabra fuerte, si las hay. Ser abandonado es desprenderse de un lazo, desajustarse el cinturón: sentirse inseguro. Cuando alguien me abandona me siento huérfana, perdida, sin tierra. Soy Ammar Mousa, luchando contra los israelitas. Soy yo, entre la neblina buscando el camino de vuelta a ninguna parte. Ese es el abandono: una casa vacía y yo gritando el nombre de quien me abandonó; abandono es un eco que dice Alejo, Alejo, Alejo, incansablemente en mis dos oídos para siempre.
En cambio, el reemplazo es aún peor. Es un bosque sin neblina, donde claramente veo que no solo me han dejado a un lado, sino que lo hicieron por un propósito o mejor: por una persona. Que me abandonen y se retiren con las manos vacías, bien, podría entenderlo después de un intento de suicidio y cinco años de terapia, pero que me abandonen para irse con otra persona eso jamás. No voy a poder entenderlo, no pude entenderlo y no lo entiendo, ni quiero, ni pienso, ni nada. No. Es una negación absoluta, el reemplazo es sinónimo de sofocación, de que me falta el aire, de que me puedo morir inmersa en convulsiones sin remedio alguno. No me reemplaces Alejo, jamás.

Y como si se lo hubiera pedido, lo hizo. No se estaba yendo a vivir a Monte Grande porque quería estar cerca de su familia. Se había ido a vivir con una mujer: ¿cómo puedo luchar yo contra una mujer que le recuerda a alguien a quien ama y que tiene un hijo que despierta los instintos paternales en un hombre que rechazó a mi propia hija? No puedo competir con un bebé. Siento darme por vencida antes de la pelea, pero prefiero que mi cadáver luzca bien; no necesito morirme destrozada y enterrada en una fosa comunitaria porque mis viejos no pudieron reconocer mi cuerpo. No. Y aún así, con la pena y el abandono mordiéndome los tobillos y las muñecas, con el reemplazo tirándome de los pelos, decidí callarme y dejar pensar a mis amigas que todo estaba bien, que no necesitaba de Alejo para estar viva, que podía superarlo.

Las veces que lo contaba lo hacía en forma de chiste, supongo que es mi mecanismo de defensa: “¿Sabés qué? Te vas a morir… a mí sola me pueden pasar estas cosas, escuchá: Alejo se mudó con la hermana gemela de su primer amor, que a la vez es la ex esposa de su mejor amigo y que tienen un hijo juntos ¡y como que Alejo ahora es el padre!”. Las respuestas a mi relato eran risas mezcladas con algunos: “¡no… no puede ser!”. Así, terminaba riéndome yo también, sin sospechar que el que ríe último ríe peor.
Era agosto de 2003 y Alejo me estaba abandonando. En la universidad nos daban una semana de vacaciones antes de ponernos a rendir los exámenes finales (exámenes que para estar en segundo año de una carrera universitaria me importaban demasiado poco y no obstante tenía que estudiar aunque no quisiera). Con mis compañeras de la UCA decidí irme de viaje a Mar del Plata, una ciudad balnearia a 400 kilómetros de la capital de Buenos Aires; ciudad donde tengo un departamento bastante grande como para hospedarnos por cuatro días. Pilar, Buya, Dolores y yo emprendimos viaje hacia la ciudad del mar plateado un jueves al término de la cursada en la universidad. No iba a permitir que un abandono de ese calibre me arruinase las “mini- vacaciones” con mis amigas de la facultad, así que le dije a Alejo que iba a estar en Mardel y emprendí retirada.“Quizás vaya, necesito despejarme y mar del plata me gusta para hacerlo”. Y entendamos: cuando él dice “quizás vaya” yo escucho: “esperame porque voy”. Sí, sé que mi tergiversada cabeza escucha y entiende lo que necesita, todo según le convenga, pero no puedo evitarlo. Desde que empecé a hacer la valija hasta que llegué a mar del plata me estuve imaginando mi felicidad y lo bien que la pasaríamos si Alejo llegaba a ir. Iba a ser el viaje perfecto: con amigas y con él. Pero no tuve en cuenta que mi imaginación es fatal: y que si la realidad no se asemeja al dibujo que formé en mi cabeza aquello puede dar como resultado una situación letal, tal y como sucedió.

Cuando llegamos al departamento, acomodamos la ropa, fuimos al supermercado, compramos alcohol para la noche (¿ya dije que no tomo alcohol?) No me gusta, sólo en ocasiones especiales, y comida para sobrevivir (en caso de que la necesitáramos) y nos divertimos muchísimo. Hicimos cosas estúpidas pero esa era mi relación con Pilar, con Dolores y con María: diversión. No había lugar para mis enfermizas depresiones, ni para mis llantos descuajeringados. No, con ellas todo era divertido. Pero en el momento cuando me quedaba sola, la realidad me abofeteaba como suele hacerlo y el eco en mi cabeza cantaba un tétrico “Alejo no vino, Alejo no vino, Alejo no llama”.

Fuimos a un carrusel y simulando ser infantes montamos caballitos de plástico riéndonos a carcajada viva y quiero jurar que eran carcajadas sinceras, que en ningún momento fingí mi alegría. Pero fue quizás peor: cuanto más alto está mi ánimo, más dura es la caída hacia el precipicio alejístico cuando tomo consciencia de la realidad. Porque la realidad no tiene caballitos de plástico, ni amigas que ríen las veinticuatro horas: la realidad es un cielo solitario y lloroso abandonado y reemplazado. Uno de los caballos alados del carrusel me había llevado hasta lo más alto de una nube en mi alegría espontánea y un llamado telefónico se encargó de hacer el caballito trizas con un disparo de realidad que pegó duro, que fue más fuerte que la imaginación y más frío que una cuchilla atravesándome el estómago.
Un llamado puede deshacer mi felicidad, una sola palabra puede arruinarme la vida. No son metáforas. Me hubiera gustado que alguien le advirtiese estas cosas: “tené cuidado con lo que le decís a Cielo, por favor, cuidala”. Nadie me cuidó, nadie se hizo cargo de mí, nadie vio a qué punto habían llegado mi obsesión y mi locura. Nadie se iba a hacer cargo de la muerte de lo más sagrado en mí: la ilusión, la esperanza, mi imaginación. Nadie sabía cuáles eran mis límites porque yo me había encargado de hacer de mi vida una mentira. Mis padres no sabían que hacía tres años que seguía viendo a Alejandro, mis amigas no sabían que soñaba con mi muerte si en algún momento él me abandonaba. Nadie sabía nada y yo, inconsciente, dejé mi secreto pudrirse en lo más lejano de la playa marplatense. De un llamado puede depender el destino de una vida o el advenimiento de una muerte inexorable.

miércoles, 22 de julio de 2009

La reina del universo.

Estoy embarazada. Es julio de 2002 y estoy embarazada. ¿Qué hago? ¿A quién le digo? A nadie. No podés confiar en nadie, Cielo. Nadie te quiere lo suficiente como para entenderte. Solamente tenés a tu hija (sí, ya había decidido que sería mujer). ¡Por fin alguien que va a amarte sin condiciones! ¿Qué vas a hacer? Recordemos.

Egresé del colegio. Tuve una estúpida fiesta de egresados donde lo único que hice (literalmente) fue estar parada con el celular en la mano esperando una llamada de Alejo que no iba a llegar jamás (aunque le dije que era mi fiesta de egresadas del colegio y aunque le recalqué que era importante que estuviese ahí). Decepción, eso sentí. Maldita fiesta: todas mis compañeras bailando y yo parada, sin entender demasiado qué estaba pasando. Ellas tomaban alcohol, yo miraba. Ellas saltaban y gritaban, yo miraba. Y no desde el resentimiento, sino desde el desconocimiento total, porque nunca entendí cómo alguien puede divertirse en un lugar así: lleno de humo y de gente sudorosa que baila sin parar y alcohol y mentiras y gente en busca de gente y el desorden y el tumulto. No, no es para mí. Quizás por eso no fui a Bariloche con todas mis compañeras, quizás por eso no tuve viaje de egresados ni fiesta de quince. No me gusta la gente y menos la gente acumulada en lugares cerrados. No, lo siento.Por eso me gustaba Alejo, porque él me entendía. Tampoco a él le gustaban esos lugares. Puedo quedarme despierta hasta las seis de la mañana, pero leyendo en casa o nadando en una pileta climatizada o en el cine o viendo una película en el home theatre; no bailando, con calor, con humo y con alcohol. No. Por eso me gustaba, por eso entre otras cosas. Y por eso también tendría que haber presupuesto que no iba a estar en mi fiesta. A las tres de la mañana me fui, después de un escándalo digno de una novela mexicana: las chicas del grupete me acusaban de haberme ido de la fiesta con el novio de Laura (la chica de la casa enorme). ¿Yo con ese espanto? No. ¿Y yo mirando al novio de una amiga? Menos. ¿Y yo pensando en otro hombre que no fuera Alejo? Por dios. Nadie me conoce. ¡No! ¡Jamás!. Aclarado el asunto (no me fui con Claudio, le pedí a mi papá que me fuera a buscar a la fiesta) volví a mi casa casi llorando. ¿Cómo puede ser que no pueda disfrutar de una fiesta? ¿Por qué me siento tan fuera de lugar? ¿Por qué prefiero estar en mi casa? ¿Por qué? Porque albergaba muy adentro de mi estúpida cajita de las esperanzas que Alejo fuera a esa estúpida fiesta donde yo estaba parada como una estúpida y vestida con un estúpido vestido. Por eso. Porque nunca lo que yo quiero se hace realidad, nunca. Porque mi imaginación siempre es má grandiosa y más potente y mucho más placentera que la realidad. Ojalá fuera autista, ojalá viviese adentro de mi mente. Quisiera dormir para siempre.

Había terminado el colegio. Mis padres me demandaban que comenzara una carrera universitaria. Nunca entendí eso: por qué a los diecisiete años tenés que decidir qué querés hacer con tu vida? Muchos de nosotros no lo sabemos. Y yo, a decir verdad, estaba completamente desorientada. A los diecisiete años no estás capacitado para decidir qué querés hacer con tu vida. Por supuesto que existen los casos especiales, como (no podía faltar en el relato) Rocío que supo desde que nació que quería ser administradora de empresas o economista o no sé qué pérdida de tiempo estudió, o mi prima que quiso desde antes de ser concebida, ser médico. Y claro, Rocío ya se recibió con honores y Déborah está haciendo una brillante carrera en medicina y con seguridad salvará muchas vidas mientras yo escribo incoherencias en una computadora personal. Y claro, también están los casos como el mío, que tenemos diecisiete años y no sabemos qué vamos a hacer con nuestras vidas, en el caso de que quisiéramos seguir viviendo.Yo no sabía qué quería hacer, no sabía qué quería estudiar, porque no sabía si quería otra cosa además de estar con Alejo. Esa era la única meta en mi vida: no tenía tiempo para pensar en otras cosas. Sinceramente, no tenía tiempo: la mayoría de los días estaba deprimida tirada en una cama, o esperando llamadas inexistentes o diagramando encuentros al mejor estilo storyboard, pensando en qué estaría haciendo con su novia, etc. No tenía tiempo y sin embargo mis padres querían que tuviera tiempo y tuve que encontrarlo.Así que fui a hacerme un test vocacional a un centro de sarasa, donde por medio de tests psicológicos y vocacionales te ayudan a encontrar a tu verdadero yo y a tu vocación, claro. Es decir: cualquier cosa. Bullshit. Pero claro, Rocío había ido a ese centro (junto con sus dos hermanos) y mamá no podía dejar de pasar por ahí y consecuentemente yo tampoco podía dejar de hacerlo. Así que hice el maldito test y ¡oh, qué sorpresa! La licenciada Gavilán me dijo que “lo tuyo es la comunicación”. ¡Muchas gracias licenciada! Sinceramente me sacó de un aprieto, ahora me siento mucho más feliz. ¡No tenía idea de que lo mío fuera la comunicación! Nunca lo había pensando de esa manera. De hecho, planeaba el resto de mi vida como carpintera de la capilla sixtina haciéndole cruces de madera al Papa. Hay tantos chantas dando vueltas…

Centro de orientación integral dr. Pedro Sarasa
Las profesiones que me aconsejaron eran:
1 Ciencias Comunicación Social
o Periodismo
o Publicidad
2 Relaciones Internacionales
3 Comercialización
4 Diseño gráfico
5 Artes del teatro (Escenografía)
6 Teatro
7 Música

Además de todos estos descubrimientos reveladores, la licenciada me dijo que tenía un muy buen centro de percepción, que era muy intuitiva. Me dijo que me siento diferente y tengo que aprender a adaptarme a diferentes estilos (qué bueno es que a uno le digan lo que siente). Que soy hipersensible, que debo adaptarme a la vida y que tengo tendencia a angustiarme o a desilusionarme. Que me muestro solitaria pero siempre soy dominante en las relaciones: que tengo fortaleza, que controlo en el intento de proteger al otro y que debo evitar hacerlo. Ah, también descubrió que tengo tendencia a los celos (todas novedades). Dijo que genero competencia en mis pares, es decir, que mis pares sienten la competencia en mí y que son pocas las mujeres que pueden verme como “amiga” porque soy más un rival. Que mi vida está llena de lazos y rupturas profundas que sostengo con pasión y que las vivo con mucho dolor (“casi como un desgarro” dijo). Ah y que me comprometo demasiado antes de tiempo. También descubrió que tengo “humor bipolar” (altas y bajas en menos de tres segundos). “Sos perfeccionista, minuciosa y portas una actitud crítica donde no te permitis perder. Sos muy autoexigente, muy reservada e introvertida”. Como si no lo supiera de antemano. Así que después de la revelación Divina de la licenciada Gavilán me anoté en la universidad católica argentina. Iba a estudiar periodismo, iba a ser Cielo, licenciada en comunicación periodística. No sonaba tan mal, pero en serio, no necesitaba que ninguna psicóloga me lo dijera. Y ahí estaba, en pleno Puerto Madero, con un cuaderno de Barbie y una lapicera rosa con plumitas del mismo color en la punta. No sé por qué tuve esa necesidad de ahuecarme, supongo que por mis ganas de adaptarme al ambiente, tipo. Y tipo, entré en la UCA. Y nada, tipo, era super cool. No era yo, pero iba a ser yo. Tenía que ser yo, debía amoldarme. ¿Por qué elegí una universidad que distaba sesenta kilómetros de mi casa? Justamente por eso: porque estaba lejos de mi casa y porque estaba cerca de Alejo. ¿Más explicaciones? No creo que sean necesarias, todos entendemos bien mis porqués. Cuando alguien me preguntaba por qué no había elegido la universidad estatal de mi ciudad yo ponía el cassette que decía: “porque es estatal y está muy politizada; además quiero una universidad donde pueda expresarme libremente” ¡Qué ironía! ¡Fui a dar con la Católica Argentina! Alias Universidad de la Censura Argentina ¡Qué equivocada estaba! Pero quería estar en capital y ahí estaba. Como siempre, fiel a mis caprichos y necesidades. Supongo que la UCA nunca toleró una alumna como yo, supongo que fue eso. Eso o que no quisieron hacerse cargo de nada. Ya les explicaré a su debido tiempo.Cuando Alejandro se enteró de que iba a capital todos los días, debo decir que nuestra relación cambió un poco. Empezamos a vernos más seguido (“nunca me vas a perder, gorda, nunca”). Aunque él seguía con Marina, nos veíamos regularmente. Una vez cada dos semanas o quizás más frecuentemente, según sus ganas (las de él, claro, porque nunca tuvo en cuenta mis necesidades). Él estaba instalado en su departamento de avellaneda, que quedaba a cinco minutos de mi universidad. Una bendición de Dios, o mejor: un muy buen plan mío. Felicitaciones a mí (no sé por qué la gente la agradece a Dios lo que se consiguió uno mismo con el propio esfuerzo).

Era la segunda semana de clases de la facultad y estaba muy a gusto: me estaban dando bastante para escribir, me estaban corrigiendo bastante también (cosa que no me gustaba) y estaba empezando a aprender que no era perfecta, que también podía ser un desastre escribiendo (siendo eso lo único que yo creía que hacía bien). Me llamó por teléfono, me preguntó a qué hora salía de la facultad. Le respondí que a la una y media. Me dijo que terminaba de trabajar a las cuatro y media de la tarde, que lo esperara en algún lugar para luego reunirnos. No puedo explicar ese momento, no es posible explicarlo. Después de muchísimos meses lo iba a volver a ver. Toda la estabilidad de cartón que había construido se estaba mojando y desmoronando. Era todo una enorme mentira, una farsa. Lo iba a volver a ver y me sentía más nerviosa que nunca.Cuando terminaron las clases aquel día, llamé a mamá y le dije que me iba a quedar estudiando en lo de Pilar, mi compañera. Me dijo que estaba de acuerdo y que me mantuviera en contacto. Pilar tenía diecinueve años, dos más que yo y sin embargo éramos compañeras porque había repetido un año del colegio y al siguiente no se había decidido respecto de qué estudiar luego del colegio. Éramos bastante parecidas, Pilar era lo que yo quería ser pero no me animaba. Nos llevábamos muy bien, de hecho, el primer día de clases me quedé a dormir en lo de Pilar porque se había hecho muy de noche y no quería tomarme el micro hasta mi casa (viajar una hora de noche en buenos aires no es muy conveniente que digamos). Esperar hasta las cuatro de la tarde fue un suplicio chino. A esa hora o poco después, recibí su llamada. Me dijo que me pasaba a buscar por nueve de julio e independencia (no tuvo la cortesía de pasarme a buscar por Caballito, pero yo ya estaba acostumbrada a sus desplantes). Así que me subí en el primer taxi que encontré, le agradecí a Pilar y me mordí las uñas hasta que llegué a la avenida. Ahí estaba: adentro de un golf gris. Me había avisado que había vendido el twingo colorado (“donde nos dimos nuestro primer beso” ¿hacía falta que me recordara ese tipo de cosas? Parece que lo hace a propósito). Entré en el auto y lo saludé fríamente con un “hola” y un beso en la mejilla derecha. Él me saludó igual (nunca le costó semejarse a un freezer). Entonces, mientras le contaba acerca de mi flamante vida universitaria, empecé a almacenar datos. Primero: cómo ir a su casa. Recuerdo cada calle y cada cartel publicitario que pasamos (es la mejor manera de no perderse), dónde dobló, qué calle tomó, qué hay en cada esquina. Llegamos. Estacionó el auto después de abrir el portón con un aparato que tenía en el auto. Caminamos por el estacionamiento con el ruido de mis tacos rompiendo el silencio sobre el cemento. Llegamos al ascensor, entramos. Marcó el trece. En el ascensor se hizo un silencio molesto. Moría de ganas de besarlo, de tocarlo; pero los dos en nuestra obstinación nos mantuvimos distantes y compenetrados en la idea de nunca tocarnos.
Piso trece. Departamento 5: hizo girar las llaves en la cerradura y abrió la puerta, pasé sin invitación. Me senté en el “living” (un ambiente con una mesa, cuatro sillas, un escritorio con una computadora y un equipo de música). Se paró al lado mío y me ofreció un té; le dije que sí, que tomaría uno si él tomaba conmigo. Cuando volvió con los tés yo ya estaba más distendida. “¿A qué hora tenés que ir a la facultad?”- le pregunté, como haciéndole saber que no pensaba demorarme en su departamento.
“Tendría que ir a las siete. Son las seis”.
“¿Tendría que ir?”- repregunté.
“Claro, en caso de que quieras que vaya”- respondió.
“Por qué no voy a querer que vayas?”
“Porque quizás no te quieras quedar sola en mi departamento esperándome”- replicó, con una sonrisa irónica en la cara.
Prepotentemente asumió que iba a quedarme (estaba deseando que él quisiera que me quede, pero no iba a decir nada).Seguimos charlando acerca de cualquier superfluo tema cuando me di cuenta de que eran las seis y media.
6 no vas a llegar a la facultad
7 ¿y si no quiero ir?
8 Tenés que ir
9 ¿Por qué?
10 Porque no podes faltar. Además, no te quiero retener.
11 ¿Estás segura?
12 …
13 ¿…?
14 Hacé como quieras, yo ya me voy de todos modos.
15 ¿Segura?
16 Claro, no tengo nada más que hacer acá. Vine para hablar un rato y ya hablamos lo que teníamos que hablar. Ya me puedo ir.
Con actitud dominante se levantó y se paró detrás de mí. Yo estaba casi temblando. Apoyó sus manos en mis hombros y me dijo algo como que tenía una lastimadura en la espalda. Me sacó una cascarita con la uña. Yo me dejé. Estaba temblando, ahora sin dudas. Empezó a hacerme masajes, me acarició la espalda, me dio un beso en el cuello. “No veo que te estés quejando” dijo, soberbio. Los besos y las caricias empezaron a ser más continuadas entonces decidí pararme y simular una despedida: “a tu novia le gustará esto que estás haciendo?”. “Me conformo con que te guste a vos” contestó. ¿Por qué siempre tiene las respuestas correctas?
17 muy bien, me voy.
18 ¿Segura de que te querés ir?
19 No
20 ¿Entonces por qué te vas?
21 Porque tenés que ir a la facultad…
22 Aha… (se iba acercando a mí)
23 Y porque no está bien…
24 Ahá… (ahora me estaba acariciando la espalda)
25 Y porque…
26 ¿Si? (ahora tenía su boca justo a medio centímetro de la mía)
27 …28 ¿Te querés ir? Nos vamos si querés- dijo y se alejó de mí.

Claro que no me fui. No solamente no me fui sino que después de hacer el amor incansablemente la llamé a Mamá y le dije que me quedaba a dormir en lo de Pilar . No podía ser mejor que eso, yo no podía ser más feliz. Más tarde (no fue a clases) me instó a escribir una nota que tenía que hacer para la facultad mientras él cocinaba algo (“no quiero que empieces a descuidar la facultad por estar conmigo”). Cuando la terminé, comimos en la cama mientras miramos televisión. Estaba ya entre dormida cuando las manos de Alejo me despertaron acariciándome en todo el cuerpo, otra vez. Era la gloria para mí: nunca me había sentido tan bien en diecisiete años, nunca me había quedado a dormir con él. Aquello era la vida ideal, como en algún momento la había soñado, con una excepción: Alejo tenía novia y lo que hoy compartía conmigo era eso: solamente hoy. O por lo menos ese fue el pensamiento que me hizo ruido en la cabeza todo el día siguiente.Cuando nos levantamos por la mañana, se escuchaba a Cerati cantando Bocanada “tu voz en el mensaje me pide que te hable” (nota mental: comprar CD de Cerati). Otro de mis malos hábitos: comprarme cualquier CD que viera que Alejo tenía (quiero escuchar lo que escuchas, tener la ropa que usas, comer lo que comes, amarte y conocerte en todo sentido). Me despertó envuelto en una toalla, mientras me acariciaba el pelo. “Vamos, levantate, es hora. ¿Qué querés desayunar? ¿Té o café? ¿Galletas dulces o tostadas?”. Era el Cielo, estaba en el Cielo. Era todo lo que había soñado. Era más que cualquier cosa que me hubiera podido imaginar. Era Alejo haciéndome un desayuno, era yo despertándome en su cama, durmiendo abrazada a él, entre sus sábanas, en aquella misma cama donde había entregado mi virginidad, donde había dejado de ser una nena. Allí ahora yacía una mujer que se sentía amada. Allí estaba yo, reina del universo.
Después de desayunar (un té y dos galletitas de chocolate) subimos en el auto y manejó hasta puerto madero cantando entusiasmado Sting (nota mental: comprar CD de Sting & The Police). Él también estaba feliz, no era solamente yo (solo silba cuando está feliz). Esa mañana fue el comienzo de una nueva etapa con Alejandro, una creencia errada que nunca se iba a disolver en mi cabeza: la posibilidad de reconciliación estaba cerca. Muy cerca. Y yo, la reina del universo, bajé del auto con un beso desinteresado y le dije: “te amo. Gracias”. Supongo que entendió que le daba las gracias por haberme alcanzado a la facultad. En todo caso le estaba dando las gracias porque aquella noche me había hecho muy feliz. Por haberme hecho tan feliz, por haberme hecho el amor y el desayuno. Gracias. Te amo.
Estoy enojada. Estoy completamente desorbitada y no entiendo las razones por las cuales no puedo hacer lo que quiero. Yo tengo buenas razones para hacer lo que hago, pero las personas que se oponen no pueden darme razones suficientes para que crea que lo que argumentan es válido.Estoy hablando concretamente del tema de mi ayuno, o de mi restricción de calorías que ahora se convirtió en ayuno por diez días, si Dios quiere. Y eso es lo que me molesta. Tengo que encomendar mi deseo de ayunar a un Dios que no existe, porque solo si “él” quiere mis padres van a dejar de molestarme y de preguntarme qué comí, que dejé de comer y por qué tengo aliento a estómago vacío. ¡NO ME INTERESA! Y a ellos tampoco les tendría que interesar. Yo no ando por la vida diciéndole a la gente que coma o que deje de comer. Simplemente cada uno es libre de hacer lo que quiera con su estomago, con sus glándulas salivales, con sus vómitos y con su ingesta de calorías. Yo no estoy molestando a nadie, no estoy invadiendo propiedad privada, no estoy evadiendo impuestos, ni robando, ni matando ni nada parecido. Solamente estoy tratando de cumplir mi cometido. ¿Cuál? Un simple ayuno de diez días. ¿Por qué quiero hacerlo? Porque me hace sentir bien, porque tengo ganas, porque me aburro, porque si. Suficiente. ¿Por qué no puedo hacerlo como quiero? Porque mis padres se molestan al ver que no como, porque toda mi familia se convierte en una lagrima japonesa cuando ayuno, porque mi mamá es la reina del melodrama y porque mi papá me amenaza con que se va a morir del corazón por la tristeza que le causo. ¿Es que acaso soy tan fuerte? ¿Tanto poder tengo? Y si no quieren sentirse mal entonces que me dejen hacer lo que quiero por diez días y cuando vean que después de cumplir mi meta sigo sana e incluso feliz por haberlo hecho, se van a sentir mejor y todo va a volver a la normalidad.
No tengo miedo de morirme, pero no es eso lo que busco. No quiero que la gente me amenace y se olvide de lo que soy capaz. Sé que no me tiembla la mano a la hora de pegarme un tiro y mis palabras a veces pueden ser tiroteos en contra de alguien: pueden doler mucho más que una cachetada y durar mucho más en la consciencia. Entonces, no quiero ser mala, irónica, no quiero sentirme culpable, no quiero tener que cargar con las penas de los demás por una causa que NO MERECE LA PENA. Literalmente, esta causa (mi ayuno) no tiene conexión con la palabra PENA, no merece la pena, no la vale.La anorexia y los grupos me hicieron conocer a decenas de chicas increíbles con las que me contacté muy bien y que las llevo dentro de mis recuerdos más preciados. Muchas de ellas llegaron a ser más amigas que mis amigas de la vida… incluso aun sin conocerlas personalmente. Eso es porque compartimos los mismos intereses, compartimos problemas, nos apoyamos, nos SOPORTAMOS, NOS BANCAMOS. No dejamos que nos pisoteen y creemos que tenemos que luchar por NUESTROS DERECHOS. Solo porque una persona dijo que las anoréxicas eran enfermas eso no quiere decir que todas nosotras lo estemos. Por supuesto, si en algún momento alguna de las chicas pesa 32 Kg. y se ve GORDA, la voy a mandar al psicólogo para que se trate. Pero si alguien como yo, que pesa 54 quiere pesar 45 no veo cuál sea el problema. Quiero verme bien, tengo las herramientas para hacerlo ¿Por qué esconderme debajo de la piel y debajo de la grasa? ¿Si puedo alcanzar mi meta, si puedo alcanzar mi GOL, por qué no hacerlo? Estoy poniendo en esto más empeño de lo que le puse alguna vez a cualquier cosa en mi vida. Siento que luchar por mis derechos es UN DERECHO. Siento que si no lo hago yo no lo va a hacer nadie más. Porque todas pensamos igual pero muchas están escondidas detrás del miedo, de la vergüenza o de las críticas ajenas de personas que creen saber más de anorexia solo por estudiar de un librito que alguien escribió hace cientos de años.¿Quién puede saber más de anorexia que nosotras, las propias anoréxicas? Aseguro que ningún medio, medico, psicólogo o psiquiatra. ¿Quién puede saber más de cáncer que una persona que lo sufre? ¿Quien puede saber más de amor a los hijos que una persona que es madre? ¿Quien puede saber lo que es el amor si nunca lo sintió? ¿Qué clase de médicos puede entender lo que las anoréxicas sentimos y vivimos si nunca fue anoréxico? Yo puedo estudiar el comportamiento de las aves y sin embargo nunca voy a saber como se siente volar. Cursi pero cierto, no hay palabras de más en mi discurso. Me siento mareada y el hambre se me fue. No tengo sueño pero estoy muy cansada. La anorexia es así: te lleva, te trae, te atrapa, te deja ir. Te ilusiona, te ampara, te ilumina, te destruye. Estoy preparada para jugar; que empiece la partida.

Lágrima
Todo sobre Ana



14 de abril de 2004

La anorexia es ya un estilo de vida y algo de donde jamás voy a salir y no es que pretenda vivir mucho más, pero en la vida se toman decisiones y mientras no afecten a otros no se hace ningún daño. Ana es mucho más que un espectro deambulante. Es una razón, una meta, un camino y un fin en si misma. Es una diosa todopoderosa que se lleva de mí todo aquello que sobra, que no hace falta. Sus penas se arreglan con un café con edulcorante. Ana no tiene muchas exigencias: solo me obliga a serle fiel. Y cuando no siente que la merezco, se acerca a mí otro ángel, la bulimia, y me ayuda a darme cuenta de que Ana es menos peligrosa y no me daña. No es una obsesión y es tan perfecta que no da a conocer su rostro, porque todos lo llevamos dentro, pero solo algunos elegidos sabemos cómo llegar a ella. ¿Qué te llevó, Ana, a elegirme? ¿Por qué me diste la gracia de conocerte? Comí del fruto prohibido y vi que era un monstruo pero con tu ayuda voy a convertirme en una mujer merecedora de tu amor. Mi admiración por vos va a ser el pago por ser perfecta, algún día, cuando mi carne haya desaparecido y solo queden mis huesos. Mis huesos y vos.
No te ofendas, Ana, cuando te abucheen. Perdonalos porque no saben lo que hacen. Rezá por mí, Ana, y liberame de este infierno congelado donde vivo. Soy tuya enteramente. Te amo hasta los huesos. Dejame cerrar mis ojos para siempre.***

Me había convertido en lo que siempre había detestado: una fanática religiosa. Siempre me creí atea y sin embargo me había creado mi propia diosa, con particulares ofrendas y sacrificios que estaba dispuesta a entregar a cambio de la muerte, o de su bendición. Una bendición inexistente, que solo yo podía darme. Nadie iba a salvarme, nadie podía. Era demasiado tarde para buscar ayuda. Alejandro desapareció: los hombres saben cómo solucionar los problemas de sus parejas, lo hacen huyendo. Ojalá algún día encuentre a un hombre que no sea un cobarde, que se comprometa conmigo y con mi historia. Que no tema a lo que soy, a lo que fui y ya no soy y a lo que posiblemente pueda llegar a ser. Pero no: todos ellos huyen, porque es más fácil desaparecer que hacerse cargo o tomar posición en una situación dolorosa. Nadie sabe enfrentar el dolor. ¿Cómo podía explicarle a Alejandro que mi deseo no era pesar cinco kilos? Yo quería desaparecer del todo. Un día dormirme y jamás despertarme. Quería una muerte silenciosa, una muerte que le quedase grabada para siempre en la consciencia, en el inconsciente y en todas partes de su cuerpo como una viruela mal curada. Quería que mis manchas se mudaran para siempre a su consciencia, que le quede en la cabeza una sola frase resonando como eco: “no quise ayudarla”, “no quise ayudarla”, “no quise ayudarla”. Y sin embargo, en su mediocridad, él creía que era acerca de la comida, que mi temor era ser gorda. No, Ale. Mi temor es estar viva para siempre, mi pavor más profundo es mi imaginación: verme de vieja, seguir viva, seguir sufriendo por siempre. Quiero morirme, reencontrarme con Ursula. Quiero que me ames, también. Y que me salves. Una sola palabra hubiese bastado para salvarme. Una sola. Una llamada, una caricia, algo. Un indicio de preocupación, de que te importaba. De que querías que siguiera viva. Pero hiciste oídos sordos, te hiciste a un lado. No me escuchaste. Te aclaré una y mil veces que me estaba muriendo, que necesitaba salvarme, que contaba con vos para hacerlo. Que sin vos me moría, que eras lo único que me quedaba. Te sentiste presionado y me dejaste. ¿Tengo que sentirme culpable por mi muerte? ¿O hay más de un culpable? Quiero decirte algo: podrías haberme salvado.

No creo que otra persona entienda el deseo de morir tan acabadamente como lo entiendo yo o como lo entienden los suicidas. No sé si hay alguna sensación peor: sentirse mal por estar tan sano, querer morir, desaparecer fulminantemente. Y luego ver a tus viejos haciendo la cena y a tus hermanos jugando inocentemente al play station; todo mientras vos silenciosamente planeas tu muerte, exquisita, necesaria, inminente, inexorable.Y llorar hasta el desmayo o el interminable dolor de cabeza que parece encarnársele a uno en lo más profundo de los sesos. Tener tanto odio por uno mismo, tanto que hasta nos parecen irreales e inentendibles todos aquellos años de convivencia con nuestras mentes perturbadas, tantos años de soportarse a uno mismo. Y luego llegan los reproches: ¿por qué no me di cuenta antes de que me odio? ¿Por qué no me eliminé tiempo atrás? Lo pensás varias veces, intentas encontrar algo por qué vivir, por qué quedarse: las razones son tan frágiles como la convertibilidad y sos menos convincente que Fidel Castro izando la bandera de los Estados Unidos. Querés morirte y tenés millones de razones por las cuales hacerlo. Y sin embargo, todavía rogas por una sola razón para quedarte. Una razón te salvaría, solo una sería suficiente. Y no la encontras, no porque no sepas buscar, sino porque simplemente no hay. No existe la razón por la cual debieras quedarte en este mundo.¿Por tu familia? ¿Quedarte por tu familia? ¿Que los suicidas somos egoístas? Es la gansada con menos sustento que escuché en toda mi vida. Empecemos a sacar un poco de lógica de todo esto:Uno no quiere vivir porque sufre, porque está triste. Entonces algún ser muy inteligente (seguramente amigo o familiar) te dirá que todo el mundo te quiere, que todos te aprecian, que no podes HACERLE ESO A TU FAMILIA. Muy bien, recapitulemos: entonces uno tiene que vivir en pena porque no se le puede hacer “eso” a la familia. ¿Eso? ¿HACER QUÉ?, me sigo preguntando yo, a través de los años. ¿Hacer qué mierda? Si uno está enfermo debería elegir cómo y cuándo curarse. Supongo que las personas con cáncer serían más felices si pudieran extirparse la enfermedad. Pues bien, mi enfermedad es estar viva. Y codificando y pasando en claro no me están dejando sacarme el cáncer de encima. Quieren que tenga cáncer, porque no puedo hacerLES eso. ¿Eso? ¿No puedo qué cosa? ¿No puedo extirpar mi dolor? ¿Debo vivir muriendo para que OTROS no sufran? ¿Tengo cara de Jesucristo? ¿Tengo cara de tener ganas de aguantar mi pena para que otros no lloren cinco minutos o cinco meses mi muerte y después continúen con sus vidas?
Entonces llámenme egoísta, pero no pienso soportar este dolor. La gente es tan moralista, tan hipócrita. No entienden lo que se siente; no lo pueden entender porque la depresión, la anorexia, la bulimia, llevan a la persona al extremo más límite. Te tortura, te viola, te deshace adentro. Tus tripas, tu estómago, tu garganta, tu pecho, tu sexo. Todo le pertenece a tu enfermedad: necesitás morirte porque sabés que no tenés nada más que hacer en este mundo. Que te duele demasiado estar vivo; y que aunque seas una excelente alumna, una hija adorable y una amiga incondicional, no tenés fuerzas para seguir jugando esos papeles.Te das cuenta que te pasaste la vida actuando: pensando que si te disfrazabas con diferentes personalidades ibas a poder por fin tapar tu verdadero ser: el que quiere morir porque no puede elegir otra cosa. No puede elegir otra cosa. Pero, por favor, díganme si estoy errada. ¿Si ustedes estuvieran muriéndose de dolor por alguna razón, no les gustaría acabar con ello? ¿O prefieren morirse de sufrimiento lentamente y caer en una completamente evitable agonía a fin de no molestar a terceros? Además, déjenme decirles: cuando hay dolor los demás dejan de existir. No se piensa en nadie más, no se piensa siquiera en uno mismo: porque dejas de existir como persona, pasas a ser simplemente un vegetal con ganas de suicidarse. No más que eso. Tu fin último es planear un suicidio con clase, con estilo, para al menos, no dejar todo ensangrentado. Los otros no existen: sos vos y la muerte. Son la muerte, las pastillas, la soga, el balcón, la bañera, el secador de pelo, el maldito tren, lo que fuera. Sos vos y tu muerte, más próxima que nunca. Y esta vez es claramente inevitable.
Adicta
Turn and run
Nothing can stop them
Around every river and canal
their power is growing.
(The return of the Giant Hogweed, Genesis).

Volvió. Él volvió… o volví yo. No iba a terminar, sabía que no iba a terminar. Soy enfermizamente débil. Después de diez meses otra vez Alejo. Como en la canción de Génesis el gigante volvió y enredó al mundo con sus hojas violentas, con sus palabras dolorosas, con sus actitudes hirientes. Su comportamiento no cambió, simplemente se le ocurrió volver, quién sabe por qué razón. Yo, siempre dispuesta a recibirlo, no me quejé. Ahora nuestro sexo era salvaje, casi siempre con alcohol de por medio y dulce violencia. Quería eso: ser maltratada específicamente. Alejo, el Gran Orador, siempre fue amante de la persuasión, de la ironía, de los dobles sentidos (y fue en todo caso mi mejor mentor). Me había maltratado durante años y hacía de ese maltrato algo casi imperceptible. Ahora necesitaba que esa violencia invisible mutara en cachetazos, en nalgadas, en palabras vulgares y violentas. Necesitaba escuchar: “puta, te voy a coger toda”. Necesitaba que me pegue, necesitaba. Y Alejo me daba. Dar y recibir. Mi droga, otra vez. Otra vez adicta.
Sin embargo las cosas estaban cambiando. Alejo ya no estaba con Marina. ¿En qué cambiaba eso las cosas? En nada. Obviamente siempre albergué en mi cabeza la esperanza de que se pelease con Marina y volviese conmigo, pero la estúpida nunca se dio cuenta de que su novio la engañaba a horarios desubicados, entonces simplemente tardó demasiado en separase de él. Y digo demasiado porque después de Ursula, todo el amor que le tenía a Alejo se convirtió en un rifle de rencor comprimido y yo en una guerrillera capaz de cualquier cosa, incluso de matar. Matarme, claro, jamás le hubiera hecho daño a él. Ursula había dejado en mí el vestigio de un futuro prometedor pero al fin ilusorio: donde los alejos eran padres y los cielos hermosas madres, y las ursulas se paseaban con trenzas doradas por el jardín lleno de rosas de nuestra casa.

Rosas. Es típico que los novios regalen rosas a las novias. Para mí no es típico sino irónico, es decir: nunca me regalen rosas. Cuando tenía nueve meses y estaba aprendiendo a caminar, mamá me llevaba de la mano alrededor del que era mi jardín en ese entonces (y que lo fue hasta los catorce años). Empecé a dar unos primeros pasos y Mami me soltó, me dio libertad. No hice más de cuatro pasos antes de caer sobre una planta de rosas. Y cuando digo rosas digo espinas, y cuando digo espinas digo que una planta se me metió en la boca (nueve meses de vida, por dios) y me rompió los labios. Además, las espinas del rosedal se encargaron de dibujarme un siete en la garganta. Me estaba desangrando. Mamá me tomó entre sus brazos (yo en su lugar me hubiera quedado mirando como me desangraba, en todo caso me hubiera ahorrado todas las tragedias que me ocurrieron 20 años después) y corrió a la calle con el bebé en brazos empapado en sangre. Nadie paraba (¿Cómo podés no parar cuando ves a una mujer bordó con un bebé bordó en brazos y a su alrededor una laguna bordó? Podes, pasó). Nos recogieron, a Mamá y a mí y nos llevaron a un hospital. Cirugía, por supuesto: reconstrucción de garganta, de paladar, de no sé qué otra cosa. Todavía me miro al espejo y veo las cicatrices casi imperceptibles para quienes no conocen mi historia, pero visibles para mí, que es más que suficiente.

Rosas no, supongo que quedó claro. Pero por Ursula me hubiera tragado miles de rosedales (por Alejo solo un par, de hecho: le haría tragar algunos a él). No iba a volver a ser lo mismo porque estaba decepcionada, el hombre no me quería, no me respetaba y aún así lo necesitaba para existir, la abstinencia me dejaba sin aliento, me ahogaba en una pileta de rosas. Sus palabras, sus mentiras, eran como espinas clavadas deliberadamente en mi cuerpo: las necesitaba allí, si alguien las sacaba me iba a desangrar con seguridad. Si sacaban la espina me moría, las necesitaba, necesitaba esas mentiras, necesito verlo. En septiembre de 2003 me dijo que se estaba mudando. Había alquilado una casa en Monte Grande, lo cual era bueno y malo: era bueno porque no lo iba a ver tanto y era malo por la misma razón. ¡Trágico! ¡Se estaba alejando! Pero la verdadera noticia caliente del día no fue esa sino: “No me mudo solo. Es una casa enorme. Me mudo con Romina”. Ahora sí, elimínenme, desháganse de lo que queda de mí, transfórmenlo en pochochos y dénselos a Alejo para cuando vaya al cine a ver una de terror. “Está todo bien, con Romina no pasa nada, es una amiga de toda la vida”.Ya lo creo. Alejo estuvo enamorado solo una vez (y supongo que porque era adolescente y dejó sus instintos correr, porque toda su post adolescencia la pasó en la universidad del freezer, perfeccionándose en el arte del congelamiento humano) y esta mujer que había logrado tal hazaña era la hermana de Romina, la que se estaba mudando con él. Pero, lean bien, no termina acá. Son hermanas gemelas. Es decir: no hay diferencias físicas entre Romina y su hermana ex novia de Alejo. Y supongo que tampoco hay diferencias en la forma de hablar, ni en los gestos, ni en cómo piensan porque básicamente todos los miembros de una familia se copian unos a otros en estilo, timbre y tono y bla bla bla… ¡era desesperante!

Es decir, si yo me mudase con un Alejo gemelo, con un clon o un hermano desaparecido, me moriría. Cada vez que lo viese me recordaría a Alejo, sobretodo cuando no hay diferencias físicas entre los hermanos. Era imposible soportar la noticia, imposible. Pero era un nuevo desafío y en mi vida siempre fueron más que bienvenidos. Así que Alejo estaba reviviendo su enamoramiento con Romina y para colmo de todos los males estaba Homero (¿tenía que parecerse tanto a la imagen mental que yo tengo de Ursula?) el hijo de tres o cuatro años de Romina (que había tenido ese hijo muy joven y no se llevaba bien con el padre de su hijo: que a la vez es el mejor amigo de Alejo). Hay cosas que no voy a entender jamás. Es como si yo me hubiese mudado con el hermano gemelo de Alejo, que a su vez tuvo un hijo con mi mejor amiga Pilar. ¿Cómo se sentiría Pilar si yo viviese con su ex marido, gemelo de Alejandro, y estuviera criando a su hijo? No, no, no. No tiene lógica, no tiene coherencia: siempre esperé cosas sorprendentes referidas a él pero esto era más de lo que podía asimilar. Eso me gusta de él: nunca deja de sorprenderme. Siempre hay nuevas historias. No me sorprendería que algún día me dijera tranquilamente que está pensando en ser presidente de la nación o que va a postularse como candidato a ganar un reality show o el mundial de fútbol. Me divierte, me alucina, me hace pensar en la versatilidad de las personas. Me deja pensando, odiando, amando. Así que Romina, Alejo y Homero iban a ser una hermosa familia feliz. Ahora sí iba a terminarse todo. Es decir ¡incompatibilidad de caracteres! Seguir viéndonos era ridículo: yo no podía ir a esa casa y verlo jugar al jardín de infantes, o al padre preocupado o al amante misterioso con una esposa que no es suya y un hijo que no le pertenece.

No podía. Sí podía y de hecho, no tardé en hacerlo. Pensé que Alejo jamás me llevaría a esa casa, que no solamente quedaba lejos sino que ni siquiera era solo suya. Otra vez estaba equivocada, como siempre en lo que respecta a él. Pasan los años y sigo pensando que lo conozco y estoy quizás más desorientada que antes. ¿Dónde quedó ese chico de veintitrés años que me trataba como a una muñeca y me contaba cuentos? Yo quiero que me cuentes cuentos. Quiero un cuento de conejos y arco iris.

24 de junio de 2003

Alejo me dijo algo que me dejó pensando. “Vos no vivis la vida, sufris la vida. Tenés que disfrutar un poco más y no sufrir tanto”. Quizás tenga razón. No puedo tomarme la vida menos en serio, como me dijo un médico. “Cielo, tenés que tomarte la vida menos en serio”- contestó cuando le pregunté por qué tenía semejante dolor de cabeza y estómago. Somatizo, es lo que hago para defenderme. Me enojo con mi cuerpo y él es mi estatuilla de arena moldeable para hacer lo que sienta en el momento que quiera. Pobre de mi cuerpo. Pobre de mí.

lunes, 20 de julio de 2009

El metro.

Me meti en un vagon del metro y no he podido salir de aqui.
Llevo mas de 3 o 4 meses viviendo aca en el subsuelo (en el metro).
Zocalo, hidalgo, chabacano he cruzado millón de veces.
He querido salir por la puerta pero siempre hay alguien que empuja, para adentro.
Y cuando en las noches pienso yo en ti, sé que tu te acuerdas de mi,
pero aqui atrapado en este vagón no se si volveré a salir.
Como pastillas, paletones, chocolates, chicles y salvavidas.
Tengo ya 6 juegos de agujas, 8 cutters y encendedores (de sobra)
Creo que me ha crecido ya el pelo con la barba y las arrugas.
no se cuando es de dia y de noche,
no se si llevo 100 años (aqui dentro)
Y cuando en las noches pienso yo en ti, sé que tu te acuerdas de mi,
pero aqui atrapado en este vagón no se si volveré a salir
Y hay veces que te empiezo a extrañar y me dan ganas de llorar,
pues tu cara no puedo recordar y no se si te vuelva a besar.
Soy anarquista, soy neonazista,
Soy un skinhead y soy ecologista,
Soy peronista, soy terrorista,
capitalista y también soy pacifista.
Soy activista, sindicalista,
soy agresivo y muy alternativo.
Soy deportista del Rotarac, politeísta,
y también soy buen cristiano.
Y en las tocadas la neta es el eslam
pero en mi casa si le meto al tropical.
Me gusta el heavy metal, me gusta el hardcore,
me gusta Patrick Miller y también me gusta el gronch.
Me gusta la Maldita, me gusta la Lupita
y escucho a los Magneto..
cuando esta mi noviecita.
Me gusta andar de negro,
con los labios pintados,
pero guapo en la oficina..
siempre ando bien trajeado.
Me gusta aventar piedras,
me gusta recogerlas,
me gusta pintar bardas
y después ir a lavarlas.
Y en las tocadas la neta es el eslam..
pero en mi casa si le meto al tropical.
Y en las tocadas la neta es el eslam..
pero en mi casa si le meto al tropical.

domingo, 19 de julio de 2009

Salir a asustar te protege mas,
en esta, la era de la boludez.
Ellos vinieron, nos encubrieron;
aquí encontraron, dioses que danzan,
y nos dijeron, "cerra los ojos, dame la tierra, toma la biblia".
Huelga de amores, huelga de amores,
huelga de amores, en el paseo las flores.
Patriotas importados, nativos sin oreja.
La muerte grita, tierra! Y el canto chacarera.
Y nos dijeron "Tiempo es dinero y en esta tierra sos extranjero".
Huelga de amores, huelga de amores,
huelga de amores, en el paseo las flores.
La historia escrita por vencedores,
no pudo hacer callar a los tambores.

viernes, 17 de julio de 2009


Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaani

em aber, nosé, me dijiste qe te suba y aca estoy:D

Estoy medio bajon viste (por lo qe te conté antes y eso) pero bueno voy a ver qe puedo hacer pq lo qeres larguito:P

Ultimamente estuvimos un poco cortados pero bueno. Igual, mi vida es la de siempre, exepto esto qe paso hace poco qe sabés que es xd.

Creo qe mucho para decirte no tengo más que ¡GRACIAS! y gracias posta bldo, desde que te conozco que sos un pibe como pocos, que siemrpe me escucha y que seimpre está ahi para bancarte pase lo que pase, y eso es un amigo de verdad y te valoro muchísimo y te quiero muchisímo.

Vos sabés muy bien que a mi me tenés siempre (y si no sabés enterate ahora JAJAJ) sabés que me tnes siempre para todo lo que necesites, cualquier cosa yo estoy porque soy tu amiga y para eso están los amigos :)

Y estem, no sé que mas decirte, hasta acá llego xd

te quiero muchísimo juani



Lu
You are my sweetest downfall
I loved you first
Beneath the sheets of paper lies my truth
I have to go
Your hair was long when we first met
Samson went back to bed
Not much hair left on his head
Eat a slice of wonder bread and
Went right back to bed
And the history books forgot about us
And the bible didn't mention us
Not even once
You are my sweetest downfall
I loved you first
Beneath the stars came falling on our heads
But they're just old light
Your hair was long when we first met
Samson came to my bed
Told me that my hair was red
Told me I was beautiful and
Came into my bed
Oh I cut his hair myself one night
A pair of dull scissors in the yellow light
And he told me that i'd done alright
And kissed me till the morning light
Samson went back to bed
Not much hair left on his head
Eat a slice of wonder bread and
Went right back to bed
Oh we couldn't bring the columns down
Yeah we couldn't destroy a single one
And the history books forgot about us
And the bible didn't mention us
Not even once
You are my sweetest downfall
I loved you first.

You are so sweet

Dancing to that beat

There's a meat market down the street

The boys and the girls watch each other eat

You are so sweet, so sweet

Dancing and moving to that beat, that beat

There's a meat market down the street

The boys and girls watch each other eat

The boys and the girls watch each other eat

When they really just wanna watch each other

Sleep

They want to watch, to watch each other

Sleep, sleep sleep

Sleep

They want to watch, to watch each other

Sleep, sleep, sleep

You are so sweet

You are so sweet

(Her solo)

I'm walking through the city

Like a drunk, but not

With my slip showing a little

Like a drunk, but not

And I am one of your people

But the cars don't stop

And I am one of your people

But the cars don't stop

And it's been a long time since before I've been touched

Now I'm getting touched all the time

And it's only a matter of whom

And it's only a matter of when

An addiction to hands and feet-

There's a meat market down the street

The boys and girls watch each other eat

When they really just wanna watch each other sleep

There's a meat market down the street

The boys and girls watch each other eat

When they really just wanna watch each other

Sleep

They want to watch, to watch each other

Sleep, sleep, sleep

Sleep

They want to watch, to watch each other

Sleep, sleep, sleep

Sleep

They want to watch, to watch each other

They want to be watched, they want to be washed

They want to be touched, to touch each other

They want to sleep, they want to be slept

They want to watch, to watch each other

They want to be watched, they want to be washed

They want to be touched, to touch each other

They want to sleep, they want to be slept

They want to watch, to watch each other

They want to be watched, they want to be washed

They want to be touched, to touch each other

They want to sleep, they want to be slept

They want to watch, to watch each other

They want to watch, they want to be watched

To watch each other, to watch each other

Sleep, sleep, sleep.

martes, 14 de julio de 2009

Aquí, Alejandra (Cortázar)

Bicho aquí, aquí contra esto, pegada a las palabras, pegada te reclamo. Ya es la noche, vení, no hay nadie en casa salvo que ya están todas como vos, como ves, intercesoras, llueve en la rue de l'Eperon y Janis Joplin. Alejandra, mi bicho, vení a estas líneas, a este papel de arroz dale abad a la zorra, a este fieltro que juega con tu pelo (Amabas esas cosas nimias aboli bibelot d'inanité sonore Venga, las gomas y los sobres Venga, una papelería de juguete Venga, el estuche de lápices Venga, los cuadernos rayados) Vení, quedate. tomá este trago, llueve, te mojarás en la rue Dauphine, no hay nadie en los cafés repletos, no te miento, no hay nadie. Ya sé, es difícil, es tan difícil encontrarse es tanteste vaso es difícil, es tanteste fósforo. y no te husta verme en lo que es mío en mi ropa en mis libros y no te gusta esta predilección por Gerry Mulligan, quisieras insultarme sin que duela decir cómo estás vivo, cómo se puede estar cuando no hay nada más que la niebla de los cigarrillos, como vivís, de qué manera abrís los ojos cada día abris loNo puede ser, decís, no puede ser. Bicho, de acuerdo, vaya si sé pero es así, Alejandra, acurrucate aquí, bebé conmigo, mirá, las he llamado, vendrán seguro las intercesoras, el party para vos, la fiesta entera, el party Erszebet, el party. Karen, Blixen ya van cayendo, saben que es nuestra noche, con el pelo mojado suben los cuatro pisos, y las viejas de los departamentos las espían burbujLeonora Carrington, mirala, burbujUnica zorn con un murciélago burbujClarice Lispector, agua viva, burbujas deslizándose desnudas frotándose a la luz, Remedios Varo con un reloj de arena donde se agita un láser y la chica uruguaya que fue buena con vos sin que jamás supieras su verdadero nombre, qué rejunta, qué húmedo ajedrez, qué maison close de telarañas, de Thelonius que largaonhermosa puede ser la noche con vos y Joni Mitchell con vos y Hélène Martin con vo,con las intercesoras animulaon las iel tabaco vagulaon las iaAna´s Nin blandulaon las vodka tónic No te vayas, ausente, no te vayas, jugaremos, verás, ya verás, ya están llegando con Ezra Pound y marihuana con los sobres de sopa y un pescado que sobrenadará olvidado, eso es seguro, en un palangana con esponjas entre supositorios y jamás contestados etelegramas. Olga es un árbol de humo, cómo fuma esa morocha herida de petreles, ¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje ¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo. ¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch, Max Roach, Silvina Ocampo, alguien en la cocina hace café alguiensu culebra contando alguenidos terronesontun beso algueinLéo Ferré No pienses más en las ventanas el detráses masel afuera Llueve en Rangoon-- Llueve en Rangoon--Y qué Aquí los juegos. El murmullo Aqui lo(Consonantes de pájaro Aqui lovocales de heliotropo) Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera y no llueve en Rangoon. Aquí los juegos.
Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes. Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado. A esa blancura, ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? El mero permanecer ya es recaída: el jazmín, entonces. Y no hablamos de las palabras, esas recayentes deplorables, ni de los buñuelos fríos, que son la recaída clavada.
Contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación. En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez. Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito. Un caracol segrega y una nube aspira; seguramente recaerán, pero una compensación ajena a ellos los rehabilita, los hace treparse poco a poco a lo mejor de sí mismos antes de la recaída inevitable. Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha? Y si sospechamos lo recayente de nuestro estado, ¿cómo nos rehabilitaremos? Hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña, al terminar su obra maestra, al afeitarse sin un solo tajito; no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Probablemente Ícaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar epónico, y Dios te libre de una zambullida tan mal preparada.
Tía, como nos rehabilitaremos? Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios. Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración, y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera, que por lo demás ignoro. No solamente ignoro eso sino que jamás he sabido en qué momento mi tía o yo recaemos. ¿Cómo rehabilitarnos, entonces, si a lo mejor no hemos recaído todavía y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Hagamos una cosa: usted se rehabilita y yo la observo.
Varios días seguidos, digamos una rehabilitación continua, usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo. O al revés, si prefiere, pero a mi me gustaría que empezara usted, porque soy modesto y buen observador. De esa manera, si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación, mientras que usted no le da tiempo a la recaída y se rehabilita como en un cine continuado, al cabo de poco nuestra diferencia será enorme, usted estará tan por encima que dará gusto. Entonces, yo sabré que el sistema ha funcionado y empezaré a rehabilitarme furiosamente, pondré el despertador a las tres de la mañana, suspenderé mi vida conyugal y las demás recaídas que conozco para que sólo queden las que no conozco, y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos, tía, y será tan hermoso decir: "Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito".


Cortázar, Julio.
Ella le pidió que la llevara al fin de mundo,
él puso a su nombre todas las olas del mar.
Se miraron un segundo como dos desconocidos.
Todas las ciudades eran pocas a sus ojos,
ella quiso barcos y él no supo qué pescar.
Y al final números rojos en la cuenta del olvido,
y hubo tanto ruido que al final llegó el final.
Mucho, mucho ruido,
ruido de ventanas, nidos de manzanas que se acaban por pudrir.
Mucho, mucho ruido,
tanto, tanto ruido,
tanto ruido y al final por fin el fin.
Tanto ruido y al final...
Hubo un accidente, se perdieron las postales,
quiso carnavales y encontró fatalidad.
Porque todos los finales son el mismo repetido
y con tanto ruido no escucharon el final.
Descubrieron que los besos no sabían a nada, hubo una epidemia de tristeza en la ciudad.
Se borraron las pisadas, se apagaron los latidos,
y con tanto ruido no se oyó el ruido del mar.
Mucho, mucho ruido,
ruido de tijeras, ruido de escaleras que se acaban por bajar.
Mucho, mucho ruido,
tanto, tanto ruido.
Tanto ruido y al final...
Tanto ruido y al final...
Tanto ruido y al final la soledad.
Ruido de tenazas,
ruido de estaciones,
ruido de amenazas,
ruido de escorpiones.
Tanto, tanto ruido.
Ruido de abogados, ruido compartido,
ruido envenenado, demasiado ruido.
Ruido platos rotos, ruido años perdidos,
ruido viejas fotos, ruido empedernido.
Ruido de cristales, ruido de gemidos,
ruidos animales, contagioso ruido.
Ruido mentiroso, ruido entrometido,
ruido escandaloso, silencioso ruido.
Ruido acomplejado, ruido introvertido,
ruido del pasado, descastado ruido.
Ruido de conjuros, ruido malnacido,
ruido tan oscuro
puro y duro ruido.
Ruido qué me has hecho,
ruido yo no he sido,
ruido insatisfecho,
ruido a qué has venido.
Ruido como sables,
ruido enloquecido,
ruido intolerable,
ruido incomprendido.
Ruido de frenazos,
ruido sin sentido,
ruido de arañazos,
ruido, ruido, ruido.

lunes, 13 de julio de 2009

Come up to meet you,
Tell you I'm sorry,
You don't know how lovely you are.
I had to find you,
Tell you I need you,
Tell you I set you apart.
Tell me your secrets,
And ask me your questions,
Oh, let's go back to the start.
Runnin' in circles,
Comin' up tails,
Heads are a science apart.
Nobody said it was easy,
It's such a shame for us to part.
Nobody said it was easy,
No one ever said it would be this hard.
Oh, take me back to the start.
I was just guessing,
At numbers and figures,
Pulling your puzzles apart.
Questions of science,
Science and progress,
Do not speak as loud as my heart.
Tell me you love me,
Come back and haunt me,
Oh, when I rush to the start.
Runnin' in circles,
Chasin' tails,
Comin' back as we are.
Nobody said it was easy,
Oh, it's such a shame for us to part.
Nobody said it was easy,
No one ever said it would be so hard.
I'm goin' back to the start.