martes, 31 de marzo de 2009

Has hecho el amor más veces que mi abuela
y aún no acabas ni la escuela
y aún sabiendo que no eres el mejor partido dime ¿quién puede contra cupido?
y es que si yo no he sido un monje ¿por qué voy a exigirte que seas santa?
Si el pasado te enseñó a besar así
bendito sea el que estuvo antes de mí
no es dama la que se abstiene
dama es la que se detiene cuando encuentra lo que tu encontraste aquí
Si el pasado te enseñó a tocarme así
benditos los que estuvieron antes de mí
si otros han sido tu escuela, yo seré tu graduación
cuando incluyas en la cama al corazón.
Dicen por ahí que tu terrible fama de ligera
ha venido a pintarme un par de cuernos en la mollera
que tengo que sacarte del barrio y del país
si es que quiero darle a esta historia un final feliz.
Si supieran la ternura inmensa que hay en ti y todo lo que haces por mí
sabrían que el camino andado antes de aquí
te ha preparado para mí
ven y abrázame sin miedos
y dame un beso a la salud de los chismosos.
Si el pasado te enseñó a besarme así
benditos los que estuvieron antes de mí
no es dama la que se abstiene
dama es la que se detiene cuando encuentra lo que tu encontraste aquí
Si el pasado te enseñó a tocarme así
benditos los que estuvieron antes de mí
si otros han sido tu escuela, yo seré tu graduación
cuando incluyas en la cama al corazón .


( tu colchón tiene más huellas que una playa en pleno verano )
tu reputacion son las primeras 6 letras de esa palabra
"¿Qué hora tienes?", pregunté para entablar conversación.
"Son cuarto para las dos", y cuando escuché su voz aseguré que existe Dios.
"Pantorrillas de marfil", gritó en la esquina un albañil,
yo volteé para hacer frente al atrevido constructor, aunque admiré su observación.
"¿Te ayudo con los libros?" y a quemarropa dijiste: "no".
"¿Puedo acompañarte?" y sin voltear otra vez, "no".
Y ante la ausencia de un buen comentario, te dije que me gustabas para nuera de mamá.
No hay más vuelta de hoja, aquí empieza una historia, te guste o no .
un jueves decidió no regresar,
y no existe noche en este bar,
que yo no cante su canción,
por si regresa.
Me enseñaste de todo, excepto a OLVIDARTE .
Abrí la heladera, y me quedé así, descansando con la mano apoyada en la manija, frente a esa luz fría que iluminaba los estantes, con la mente en blanco y la mirada inútil. Hasta que la alarma que indicaba que la puerta abierta dejaba escapar el frío empezó a sonar, y me recordó por qué estaba ahí, parada fren­te a la heladera. Busqué algo que comer. Junté en un plato algunas sobras del día anterior, las calenté en el microondas y las llevé a la mesa. No puse mantel apenas un individual de rafia de aquellos que había traído hacía un par de años de Brasil, de las últimas vacaciones que pasamos los tres juntos. En familia, Me senté frente a la ventana, no era mi lugar habi­tual en la mesa, pero me gustaba comer mirando e] jardín cuando estaba sola. Ronie esa noche, la noche en cuestión, cenaba en la casa del Tano Scaglia. Co­mo todos los jueves. Aunque ese jueves fuera distin­to. Un jueves de septiembre de 2001. 27 de septiembre de 2001. Ese jueves. Todavía seguíamos espantados por la caída de las Torres Gemelas, y abríamos las cartas con guantes de goma por temor a encontrarnos con un polvo blanco. Juani había sali­do. No le había preguntado con quién ni adonde. A Juani no le gustaba que le preguntara. Pero igual yo sabía. O me imaginaba, y entonces creía que sabía.
Ella camina y pasa, yo me detengo y veo
Ella en zapatos negros, yo en mis gafas de miope
Perfil perfecto aerodinamico
Cortando el aire en cada paso
Bendito sea el milagro que hoy nos hace coincidir
Tartamudea la acera
Con tus tacos de aguja al caminar
Como has podido ir y venir por tantos años sin mi
Vuelo, al vuelo
Detrás del huracán que hay en tu pelo
Vuelo, al vuelo
Si coincidir es guerra y no consuelo
Ella camina y pasa, yo me incorporo
Ella no me conoce, yo me enamoro
Pretérito pluscuamperfecto
De ser infiel con el futuro
Despacio tras de tí me entrego a la persecución
De las huellas que dejas
De lo que quieras darme en consignación
Como he podido ir y venir por tantos años sin tí ..
Vuelo, al vuelo
Detrás del huracán que hay en tu pelo
Vuelo, al vuelo
Si coincidir es guerra y no consuelo
Se paro el reloj cuando te vi pasar
Vi mi carta astral tatuada en tu cintura
Yo no se si esto esa bien o mal
Yo no se que va a pasar, tan solo vuelo
al vuelo
Detrás del huracán que hay en tu pelo
Vuelo, al vuelo
Si coincidir es guerra y no consuelo.
El confesor me dice que no te quiera y yo le digo "Padre, si usted la viera"
dice que tus amores me vuelven loco que a mi deber no atiendo,
que duermo poco, que duermo poco.
Dice que nuestras muchas conversaciones fomentan en la aldea murmuraciones
dice que no quererte fácil me fuera y yo le digo "Padre, si usted la viera, si usted la viera"
En vano le aseguro que eres tan pura, hay que rezar delante de tu hermosura, que eres gentil, airosa cual azucena, que nacen de tus labios nardo y verbena.
Que son lluvias de mayo tus blondos rizos y que vivir no puedo sin tus hechizos
él me dice muy hosco que es gran quimera y yo le digo "Padre, si usted la viera".
Hoy es un buen día para empezar,
cancelar mis deudas y reorganizar.
Comer a mis horas y dejar de fumar,
antes de que el cuerpo empiece a reclamar.
Hoy es un buen día para respetar a ese rayo de sol que me viene a despertar.
Y dejar todo atrás, lo mejor será empezar.
Hoy es un buen día para empezar,
hacer borrón cuenta nueva y dejar todo atrás.
Conseguirme una novia y dejar de saltar de cama en cama sin hallar mi lugar.
Hoy es un buen día para saludar a mi peor enemigo y decirle "qué tal".
Y dejar todo atrás, lo mejor será empezar.
Porque el balance de las cuentas de la cosa existencial, arrojan un terrible saldo, que se llama soledad.
Por eso es que es un buen día para empezar.
Porque hasta hoy he sido sólo una ensarta de moléculas.
Un sube y baja de la sangre, un armazón de calcio con articulación.
Porque hasta hoy he sido sólo algo que llena la nada
O quizá sólo el juguete predilecto de algún niño extraterrestre que juega conmigo a los humanos. Hoy es un buen día para empezar, ¿qué más da lo que fue frente a lo que vendrá?
Tirar los rencores en algún lugar, que de tanto acumularse, me van a reventar.
Hoy es un buen día para olvidar todas aquellas cosas que me hicieron llorar.
Y dejarlas atrás, lo mejor será empezar.
Y olvidar los problemas económicos que redundaron en gastronómicos.
Y mis ansias de poder, que pretendían trascender.
Por eso es que es un buen día para empezar.
Porque hasta hoy he sido sólo una ensarta de moléculas.
Un sube y baja de la sangre, un armazón de calcio con articulación.
Porque hasta hoy he sido sólo algo que llena la nada
O quizá sólo el juguete predilecto de algún niño extraterrestre que juega conmigo a los humanos
Sueño con quitarle a la vida ese tono gris
Que se parece a la muerte
Voy y me meto a la ducha para ver si el jabon
Me lava la mala suerte
Quiero olvidarme de todo
Quiero cambiarme hasta el nombre
No hay razon de ser el testigo de que mi vida pase
Sin que pase de nada
Quiero olvidarme de todo lo que dejo una huella
Que me dejo marcado
No hay un mal que dure cien años
Ni hay idiota que lo soporte
No tengo siete vidas como un gato
y es hora de que me de cuenta
Que no estoy solo
Que hay alguien esperando por mi en cualquier sitio
Con cosas nuevas para ofrecer
Con mil locuras dispuestas todas a realizar lo irrealizable
Que tengo mucha vida por delante
Trato de pegarle un borron
A todo lo que en su tiempo me robo una sonrisa
Quiero recuperar el ritmo
Y ya no acelerarme con estupidas prisas
No hay mal que dure cien años
Ni hay idiota que lo soporte
Salgo caminando a la calle y me tomo
Un taxi con destino a lo incierto
Dejo que la vida sorprenda
A ese trozo de mi que todavia no ha muerto
Le faltare el respeto al destino
Le sacare la lengua al pasado
No tengo siete vidas como un gato
Y es hora de que me de cuenta
Que no estoy solo
Que hay alguien esperando por mi en cualquier sitio
Con cosas nuevas para ofrecer
Con mil locuras
Dispuestas todas a realizar lo irrealizable
Que tengo mucha vida por delante
Siempre lo fácil me duró tan poco, y no lo niego, me divertí
ganas de huir, de no verte ni la sombra
Se nos muere el amor, tiene fiebre de frio.
Se nos cayó de la cama cuando lo empujó el hastio
y esta enfermo de muerte, el mismo que era tan fuerte
tiene anemia de besos, tiene cáncer de olvido
y por si fuera poco, tiene ganas de morir.
Se nos muere el amor, se nos mueren las ganas,
las vemos agonizar convulsionando entre las sábanas
y no existe un vino tinto que nos reviva el instinto
se nos muere la magia, la pasión, la locura
ay amor traicionero, viniste pa' jorobarnos.
Yo sobrevivia sin ella y ella era feliz sin mi.
Ay amor con el tiempo te nos has oxidado
ay amor susceptible, ay amor delicado.
Ay amor no te mueras, o muerete de un trancazo
que no hay peor agonia que la que es de paso en paso
Se nos muere el amor, se le acabo la ternura
y a la libertad, la convertimos en dictadura
se contagio de costumbre
le falto fuego a la lumbre
se nos mueren los sueños, los versos, los besos
ay amor implacable, yo ya no se que prefiero
que me odie de corazon o que me ame sin amor
Ay amor con el tiempo te nos has oxidado
ay amor susceptible, ay amor delicado.
Ay amor no te mueras, o muerete de un trancazo
que no hay peor agonia que la que es de paso en paso
Si todo era tan bello
dime amor que nos pasa
hoy ya no somos ni amigos
no cabemos en casa
ay amor tan ingrato
quitame solo una duda
si eres tu el que te mueres
o soy yo el que te mato ....
Hoy dormi muy mal, hoy tuve pesadillas,
Para empezar soñe que me moria
Tengo miedo que esto sea una premonición,
Y me levante, pise con el pie izquierdo
Quise bañarme, y quede en el intento..
Estan limpiando el tanque..
Y el agua ya se acabo..
Prepare el café como todas las mañanas,
Le puse leche y estaba cortada
Fui a cagar y al terminar
Vi que no habia papel!
Salí al pasillo con la basura..
Y al darme vuelta se cerro la puerta
Y me di cuenta!.. me quedo la llave adentro...
hoy no es mi día ya me enteré, puedo acostarme y probar despues, a ver si tengo mejor suerte!
Subo al colectivo
Que pincho una goma,
Me paso a otro pero al rato choca...
Sigo caminando y se me cruza un gato negro...
Me pongo a rezar arrodillado en el altar
Y el amuleto que cuelga de mi cuello
Se prendio fuego
Con la vela se deshizo...
hoy no es mi día ya me enteré, puedo acostarme y probar despues
Algo me avisa
Mejor volver
A ver si tengo mejor suerte
No debe asustarte tan poca cosa...
No hay mal que por bien no venga.

lunes, 30 de marzo de 2009

No paro de pensar, aquel momento me dijiste
Es solo una amistad
Y luego vino el golpe duro
Es todo un gran error, aun recuerdo tu mirar
La esquina se nublo y hoy ya no recuerdo nada
El aire mudo está
El pecho trata de escapar
Tu cara frente a mí
Miro la taza y pienso
Como salir de acá y creer que esto no pasó
Y volver a reír y olvidar el dolor
Llora mi corazón
que vuelva a ser como era antes de decirnos todo
espero cicatrización
Ya no aguanto más esta tortura, tengo que creer de nuevo
Camino la ciudad, cada rincón que miro
Y me acuerdo de tu amor
Nunca se sabe cuando acaba esa fascinación
Que pinta todo de color
Manual para el amor
Y un cerebro nuevo
Llora mi corazón,
que vuelva a ser como era antes de decirnos todo
Espero cicatrización
Ya no aguanto mas esta tortura, tengo que creer...
No paro de pensar.. solo una amistad.
Estoy
F
E
L
I
Z

:)

Hacía mucho tiempo que no me sentía así. A veces me encantaría contagiar a todos de felicidad. Que todos los que están mal por unica vez en su vida estén bien. Que sean felices, que se rian, que DISFRUTEN LA VIDA. Que digan: Que lindo momento estoy viviendo!.
Les doy un consejo: DISFRUTEN LA VIDA, disfruten cada día como si fuera el último, porque uno nunca sabe cuando puede ser el último día.
Yo quiero que todos mis amigos y mi familia sean felices, que disfruten. QUIERO VIVIR FELIZ, QUIERO SER FELIZ. EN FIN...

QUIERO ...


Pd: Estoy llorando de emocion ( que raro yo llorando : ) jeje :) LOS QIERO MUCHO, AMIGOS
te pides paciencia
y yo me pido PERDON .
Buena suerte, amor
Buena suerte nuevo amor.
que idiota te hace el amor .
NANI:
Señorita Mina, señorita Mina; ay mi pequeña, que alegría, ya llega la encantadora señorita Lucy de la estación. ¡Arriba ese ánimo, qué va a decir su mejor amiga!
MINA ¡Oh, Nani! ¿Por qué la felicidad tiene un precio tan alto? Primero perder a mis padres en ese horrible accidente, y ahora Jonathan !.
NANI Jonathan no está muerto, Jonathan está de viaje por su trabajo y jamás te abandonará. ¡Porque sólo el amor puede más que todo! Y eso es lo que debe importarte. Como a tu amiga que viene para casarse con tu primo Arturo y a la cual has invitado a esta casa hasta el día de la boda. Además ya se sabe que el correo aquí es lento y eso que estamos en Inglaterra y que nuestra bella ciudad de Whitby es uno de los puertos más prósperos del Imperio.
LUCY Mina... !
MINA Lucy, ay! Lucy. Lucy mi querida Lucy, que alegría de verte.
LUCY Cuanto agradezco tu invitación, preocuparte por mí, con todo lo que te ha pasado.
NANI ¿Y a mi no me da un beso?
LUCY Ay, perdón, Nani.
NANI Prepárense para la cena, yo llevaré este bolso al cuarto de huéspedes.
MINA Se quedará a dormir en mi cuarto, verdad Lucy?, como cuando éramos niñas...
NANI No me parece correcto que la señorita Lucy se quede a dormir en...
MINA Déjanos solas Nani y avísame en cuanto esté listo el baño. Háblame de Arturo, hace tanto que no lo veo; cuéntame de Londres, de tu compromiso. ¿Eres feliz?
LUCY Creo serlo, pero volver aquí, a veces pienso si no hubiera sido mejor casarme en Londres. ¿Y tú eres feliz?
MINA ¡Absolutamente!
DÚO Por fin el amor llegó a nuestras puertas golpeó... ¡Enamoradas eternamente! ¿Cómo expresar lo que las dos sentimos hoy?
NANI Señorita Mina, su baño está listo, y después le toca a usted, mi querida Lucy.
MINA Te dejo pensando en Arturo.

domingo, 29 de marzo de 2009

La vi pasar, tan altanera
La oí cantar, a su manera
Tenía esa luz, en la mirada
Sus piernas cortaban las lenguas del sol
Todo eso fue tan suficiente
Y sin pensar enfrente me cruce
Casi sin vos, mostré los dientes
Y del caribe el perfume llego
Noches de amor, suburbio y luna
Lejos del dueño de tus ojos lejos
Yo no me explico por que estas con el
Por que hay un corazón que se parte
Cuando te vas a ninguna parte
Cuando vos sabes que tu lugar esta aquí
Aquí, junto a mí
Hoy caminabas en cámara lenta
Cuando mordí esa rosa a tus pies
Y me ignoraste en forma tan violenta
Y si me viste fingiste no ver
Por que hay un corazón que se parte.
Noches de amor, suburbio y luna
Por que hay un corazón que se parte.
Sombras en sombras no se dejan ver
Por que hay un corazón que se parte.
Lejos del dueño de tus ojos lejos
Por que hay un corazón que se parte.
Yo no me explico por que estas con el.
Yo no te culpo a tí
de que la vida
nos marque dos caminos tan opuestos
No me culpes a mí
de las heridas
que mis labios dejaron en tu cuerpo.
Y cúlpame de quererte por encima
del deber, del placer y el sufrimiento
de haberte dado un alma que no era mia
se la vendí yo a una mujer hace ya tiempo.
Yo me llevé el aliento de tu boca
y te dejé caer todos mis besos
para que no me culpes en la vida
de que sigamos dos caminos tan opuestos.
Y cúlpame de que te quise por encima
del deber, del placer y el sufrimiento
de haberte dado un alma que no tenia
se la vendí yo a otra mujer hace ya tiempo
Yo me llevo el aliento de tu boca
y te dejo el tormento de mis besos
para que no me culpes en la vida
de que sigamos dos caminos tan opuestos
para que no me culpes en la vida
de que sigamos dos caminos tan opuestos
Cansado de los besos que no me dabas,
lívido por exceso de sangre fría,
desanudé los nudos que amordazaban
la boca del embudo de la alegría.
Porque invertir en latas de sopa boba
es como barnizar el propio ataúd,
te hubiera dado más de lo que me robas
le dije al norte cuando me fui pa'l sur.
Con dos o tres metáforas en la nuca
y una gota de plomo en el lacrimal,
mi dueto del cuá-cuá con el pato Lucas
rodó por los baretos de la ciudad.
¿Qué queréis?, aprendí a malvivir del cuento
pintando autorretratos al portador,
si faltan emociones me las invento,
la madrugada no tiene corazón.
La salsa de tomate de las heridas
se corta con un chute de vanidad,
los pájaros no saben de despedidas
ni dejan prisioneros cuando se van.
La cresta de los gallos sin gallinero
pa'l caldo del puchero del día después,
ayer no me querías, hoy no te quiero, mañana no tendremos a quien querer.
Con dos o tres carámbanos en las tripas
y un billete de ida a ningún lugar,
mi jeta, mi bombín y mi buena pipa me abrieron las ventanas del más acá.
No os paséis con la ley "dímelo en la calle"
le dijo qué se yo a ciudadano quién,
a falta de sustancia sobran detalles,
de la estación de Francia ya sale el tren.
¿Qué queréis?, aprendí a malvivir del cuento
pintando autorretratos al portador,
si faltan emociones me las invento,
la madrugada no tiene corazón
Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, alteres.
Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan, tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes, saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga, los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga, y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos un as escondido en la manga, tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga, veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos, tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos, tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos, ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo, setas en noviembre, fiebre en primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas, que importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola, verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía, la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día, el santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes; Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes, ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas de islotes son nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas, laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinchables, ángeles caídos, barquitos de vela,
pobres exquisitos, ricos miserables, ratoncitos Pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron, crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron, y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.
No te fíes si te juro que imposible
no dudes de mi duda y mi quizás
el amor es peor que un imperdible
perdido en las solapas del azar
La luna toma el sol de madrugada
nunca jamás quiere decir tal vez
la muerte es una amante despechada
que juega sucio y no sabe perder
Estoy tratando de decirte que
me desespero por esperarte
que no salgo a buscarte porque se
que corro el riesgo de encontrarte
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor
que te sigo debiendo
todavía una canción de amor.
No acudas si te llamo de repente
no te pierdas si te grito ¡piérdete!
a menudo los labios más urgentes
no tienen prisa dos besos después.
Se aferra el corazón a lo perdido
los ojos que no ven miran mejor
cantar es disparar contra el olvido
vivir sin ti es dormir en la estación
Estoy tratando de decirte que
me desespero por esperarte
que no salgo a buscarte porque se
que corro el riesgo de encontrarte
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor
que te sigo debiendo
todavía una canción de amor
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor
que te sigo debiendo
todavía una canción de amor
(todavía)
una cancion de amor
(todavía)
una cancion de amor
(todavía)
una cancion de amor
(todavía)
una cancion de amor
Estoy tratando de decirte que .
Escúchame una cosa
Que te voy a decir
Aunque te duela el alma
Como me duele a mi
Podría engañarte
Si se me diera mentir
El caso es que
No puedo enamorarme de ti
No, no puedo enamorarme de ti
no, no, no puedo enamorarme de ti
Nadie te roba nada
Nadie ocupa lugar
De nadie son los besos
De los labios del mar
De nadie es el camino
Que no mira hacia atrás
Donde se desangran las estatuas de sal
No, no puedo enamorarme de tí
No, no, no, no puedo enamorarme de tí
No, no, no, no puedo enamorarme de tí
NO PUEDO ENAMORARME DE TI !
Si quieres quererme, voy a dejar de querer
Si quieres odiarme, no me tengas piedad
Pero hay una cosa, que no vas a lograr
Y es hacer negocios con la necesidad .
Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso...
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernovil,
solo como un poeta en el aeropuerto..
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños, como el perfume del desengaño...
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado, como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar
al país donde los sabios se retiran
del agravio de buscar labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar
Búsquenme donde se esconde el sol,
donde exista una canción.
Búsquenme a orillas del mar
besando la espuma y la sal.
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad.
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad, de la libertad.
Búsquenme donde se detiene el viento
donde haya paz y no exista el tiempo,
donde el sol seca las lágrimas
de las nubes en la mañana.
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad.
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad, de la libertad.

sábado, 28 de marzo de 2009

Excepto las de la imaginación
había perdido todas las batallas.
Un domingo sin fútbol nos contó,
vencido,
que tiraba la toalla y nadie lo creyó.
Pero, esta vez, no iba de farol;
al día siguiente se afanó una cuerda
y, en lugar de rezar una oración,
mandó el mundo a la mierda
y de un palo borracho se colgó.
Debía luca y media de alquiler,
dejó en herencia un verso de Neruda,
un tazón con pestañas de papel flotando en el café
y una guitarra tísica y viuda.
Lo poco que tenía lo invirtió
en un hueso de lujo para el perro
y en pagar al contado la mejor corona que encontró...
para que hubiera flores en su entierro.
Veinte años atrás lo conocí en Londres, conspirando contra Franco.
Era el rey del aceite de hachís y le excitaba más robar un banco que el mayo de París.
Por Florida lo vi la última vez con su traje anacrónico y marchito;
estudiando el menú de un cabaret
¡Hay comida, mi plato favorito! gritó para joder.
Debía luca y media de alquiler,
dejó en herencia un verso de Neruda,
una lágrima de Lilí Marlen flotando en el café
y una guitarra tísica y viuda.
Lo poco que tenía
lo invirtió en un hueso de lujo para el perro
y en pagar al contado la mejor corona que encontró... para que hubiera flores en su entierro.
Parece que fue ayer cuando se fue
al barrio que hay detrás de las estrellas,
la muerte, que es celosa y es mujer,
se encaprichó con él y lo llevó a dormir siempre con ella.
Caballero en edad de merecer,
con un pelo de tonto,
cuatro canas, el pasado resuelto
y muchas ganas ya sabe usted de qué.
Informal, ilustrado, manejable,
más amigo de gatas que de perros,
con dos úlceras y una inexplicable mala salud de hierro,
Solicita,
con fines poco serios,
Señora aficionada al adulterio,
O señorita, entre quince y cuarenta,
Si no los aparenta.
Las cartas a República Española,
hoy avenida Juan Carlos Primero,
con foto que prefiero de cuerpo entero y sola,
a vuelta de correo irá la mía,
con traje gris y más chulo que en un ocho
porque la tengo, cómo le diría, más larga que Pinocho.
Se aceptan feministas sin pancarta,
cursis enamoradas del amor
o pesimistas hartas de estar hartas de decirme que no.
Igual me da mujer de mala nota que especialista en Borges y Lacán,
si no vienen tocándome con Juan Salvador las pelotas.
Dispuesto a todo, incluso a defraudarte, alérgico al deporte y al reloj,
con un precoz talento para el arte de la eyaculación.
Las cartas a calle melancolía, hoy travesía Álvarez del Manzano,
con dos fotografías del último verano,
a vuelta de correo irá la mía, donde, aunque flaco y pálido,
destaco por tenerla más larga todavía
que un lunes sin tabaco.
Anímense monjitas de clausura,
absténganse fanáticas y abstemias,
la pasión con controles de alcoholemia no me la pone dura.
Podrán buscarse amantes de ocasión cuando la decadencia lo aconseje,
que traigan referencias y se dejen ganar al dominó.
A las interesadas aseguro máxima indiscreción, ninguna prisa, buena conversación,
besos con risas y noches sin futuro.
Cartas al bulevar del malvivir, también llamado de los sueños rotos,
adjunte un par de fotos de frente y de perfil,
a vuelta de correo irá la mía, con pose de poeta parnasiano,
urfano de tenerla todavía más larga que Cyrano…
de Bergerac
Benditas sean las raras excepciones,
Los moratones de los vulnerables,
Los labios que aprovechan los rincones,
Más olvidados, más inolvidables,
Benditos sean, benditos sean.
Los santos milagrosos, los gordos cariñosos,
Los locos que se creen napoleones,
Las pálidas lesbianas, los dulces maricones,
Los mocos de la gente con ventanas,
Los tuertos que no quieren ver visiones,
Los muertos que se mueren con las ganas.
Benditos sean los ceros a la izquierda,
Los que nacieron en ningún lugar,
Los de viva zapata manque pierda,
Las damas que se llaman soledad,
El sable del sablista, la caries del dentista,
Los buenos aires, los malos maridos,
Las drogas veniales, la sopa del cocido,
Los listos que parecen subnormales,
Los que pudieron ser y no han querido,
Los descendientes de los animales.
Malditos sean los justos, los sumisos,
Los que tiran penaltis de cabeza,
Los que para mear piden permiso,
Los súbditos del dios de la certeza,
Los que adornan las notas de sus hijos,
Los probos ciudadanos, los niñatos,
Los que follan con red y a plazo fijo,
Los canallas que nunca han roto un plato.
Maldita sea la voz de la experiencia
Que casi se equivoca a media suma,
La pipa de la paz con la conciencia,
Los "oiga, que en mi taxi no se fuma"
Los que se mojan poco cuando llueve,
Los que sonríen en las fotografías,
Los que progresan porque no se mueven,
Los de la escandalosa mayoría,
Malditos sean, malditos sean.
Benditas sean las rubias calentonas
Que se emocionan por pasar el rato,
Los tímidos que salen respondonas,
La mancha en la bragueta del beato,
Benditos sean, benditos sean
Los farias con saliva, los gallos de las divas,
Los callos de las piernas de las cojas,
Las amapolas rojas, la abuela en san fermines,
Los récords que no salen en los guiness,
Los cínicos que lloran en los cines,
Los tréboles de tres o cuatro hojas,
Las enfermeras que suben la fiebre,
Las tetas de pezón hospitalario,
Los gatos de no dan gato por liebre,
Los misterios gozosos del rosario,
La novia del torero, los bronquios del torero,
Los tristes que se ríen de la tristeza,
Los ricos sin dinero, los vagos con pereza,
Los últimos que llegan los primeros,
Los calvos que se quitan el sombrero
Ante la dignidad y la belleza.
Malditos sean los tontos con medallas,
Los hijos de mamita, los chivatos,
Los candidatos (cierra la muralla),
La letra pequeñita del contrato,
Los alcahuetes del polvote ajeno,
La diabetes, el sida, los viejos,
Los sorbetes de bilis con venero,
Los que aplauden al príncipe de hinojos,
Los cuentos de las cuentas al contado
Los tipos de interés, los finiquitos,
Los que jubilan a los jubilados,
Los talibanes del último grito,
Los que se pasan nunca de la raya,
Los mamporreos de la simetría,
Los que exhiben el móvil en la playa,
Los que hacen trato con la policía,
Malditos sean, malditos sean
Ni tú bordas pañuelos ni yo rompo contratos,
ni yo mato por celos ni tú mueres por mí,
antes de que me quieras como se quiere a un gato
me largo con cualquiera que se parezca a tí.
De par en par te abro las puertas que me cierras,
me cuentan que el olvido no te sienta tan mal,
la paz que has elegido es peor que mi guerra,
aquella cama nido parece un hospital.
Yo, en cambio, no he sabido ir a favor del viento
que muerde las esquinas de esta ciudad impía,
pobre aprendiz de brujo que escupe al firmamento
desde un hotel de lujo con dos camas vacías.
¿Quién hará mi trabajo debajo de tu falda?,
la boca que era mía ¿de qué boca será?,
el roto de tu ombligo ya no me da la espalda
cuando pierdo contigo lo que gano al billar.
Aunque nunca me callo, guardo un par de secretos,
lo digo de hombre a hombre, de mujer a mujer.
Ni me caso con nadie, ni guardo pa' mis nietos,
por no tener no tengo, ni edad de merecer.
Como pago al contado nunca me falta un beso,
siempre que me confieso me doy la absolución,
ya no cierro los bares ni hago tantos excesos,
cada vez son más tristes las canciones de amor
Después de limpiar de escoria
la fachada del confort
del ciudadano,
apatrullando una calle
desconchada por fumanchús y otomanos.
"Pa' luego es tarde, ábrete una temporada", me sopló un ciego vidente.
Y me empadroné en Marbella
en una suite de una estrella con mi palillo de dientes,
Vacilando de costao donde corta el bacalao,
la jet set del delincuente.
Donde los jeques
blanquean los cheques del petrodólar
y marean a don Quijote con un lingote de pepsi cola.
Sin kagebés, en la CIA sobran espías
y por consiguientes James Bond se ve obsoleto,
ningún servicio secreto contrata agentes como Torrente.
En Estrocolmos y en Canadá
en Cannes y en Bogotá,
si pides tapa en un bar te llaman demente.
En Malasañas y en Washington, en San Remos y en Hong Kong,
mi Aleti, mi España y yo semos diferentes.
Lo lailo lailo lo lailo la, lo lailo lo lailo la, lo digo como lo bailo y tal y tal.
Me beneficiaba a todas y ninguna se quejó de malos tratos.
La Interpol y los niñatos de la tuna me ilustraban los zapatos.
Si a ratos me puso cuernos la fortuna, fue de forma fraudulenta.
La patria es una fulana, menos mi madre y mi hermana, no hay coño que no esté en venta.
Me cago en los detectives americanos que viven en Jollivú de las rentas.
Donde los reyes más goldwin meyers de la baraja chulean a Mortadelo con crecepelo de las rebajas.
El niño de Scotland Yard torea regular y por consiguientes
Sherlock Holmes se acompleja, para cortar las orejas hay que tenerlos como Torrente.
En Acrapulcos y en Estoril, en Marrakech y en Dublín
hay más estrés que en Madrid y menos ambiente.
En Montecarlo, en Honolulú, en Yacarta y en Moscú,
les falta un Puerto Banús (semos diferentes).
Lo dice Torrente, que es un servidor,
que a las Mata Haris les hace un afoto, les vende un amoto, les birla el reloj.
Pregúntale al Fari y al Tony Leblanc, que son namber uanes de los club de fanes en plan virtual. Porque me lo monto sin poner el cazo,
me llaman el brazo tonto de la ley.
Dos y dos son cinco,
te la jinco menos una, seis
quéeeee?
y tós los diyéis di...quei?
del mundo mundial venga ya!
me dicen Chapeau, pourquoi?
porque ya lo veis, y tal y tal...
sigo siendo el rey
demostración!
sigo siendo el rey, y tal y tal ...
sigo siendo el rey .
En la 69 punto G
tiene el corazón una oficina
donde don Nadie gana al ajedrez
y los adivinos adivinan
y los aladinos aladinan
y de propina, imagínate.
Seremos tu cordón umbilical, tu confesionario, tu pomada.
Ponte los cascos en la oscuridad si te da la espalda la almohada,
busca la frecuencia modulada, una coartada para alunizar.
Ven a la 69 punto G
cuando te canses de crecer y los sueños tarden en venir,
que un Debussy crepuscular toca en el dial la seguidilla de Buñuel,
déjanos jugar contigo al escondite inglés en la 69 punto G.
Las epidemias fueron anteayer, las arrugas son de plastilina.
En la academia del amanecer da clases de morbo Mesalina
y, en una pecera con espinas, flotan las ruinas de los cabarés.
Ven a la 69 punto G cuando te canses de crecer y los sueños tarden en venir,
que un B.B. King sentimental toca en el dial la sonatina de Rubén,
déjanos jugar contigo al escondite inglés en la 69 punto G.
Toca en el dial la polonesa de Chopin,
vamos a soplar la raya del amanecer
en la 69 punto G

( oh yeaaaaaaaaah, en laaaaaaaaa 69.g ! )
Vístete de putita, corazón, vuélveme loco.
Ponte esas braguitas de nylón
y luego te las quitas poco a poco.
No me tengas a dieta,
me queda una chinita para un peta
y un disco de boleros
para jugar contigo,a menos de una cuarta de tu ombligo,
a mancharte de tarta los ligueros.
Ya, ya, ya eyaculé(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
¡Ay, negra,si tú sipiera!
Anoche te vi pasar y no quise que me viera.
A él tú le hará como a mí,que cuando no tuve plata
te corrite de bachata, sin acordarte de mí.
Sóngoro cosongo,songo bé.
Vístete de enfermera, corazón, que estoy malito.
Juégate un polvo al trivial del amor,
me llevas de ventaja dos quesitos.
No hace falta permiso
para rodar desnudos por el piso,
como dos sordomudos,
sin otro paraíso
que el que mi lengua invoca
a las puertas del cielo de tu boca.
Ya, ya, ya eyaculé(¿ya?),
ya, ya, ya eyaculé.
Mamatomba,serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta
el negro canta y se va.
Tamba,
tamba,
tamba,
tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba: ¡yamba, yambó, yambambé!
Porque, comadre, los duelos
son menos duelos con risas
y los ardores con visa
y los licores con hielo
y el corazón a deshora
y las uñas en la cara,
me lo dijo una señora,disfrazada de cualquiera,
que quiso que la besara
como si no la quisiera.
Ya, ya, ya eyaculé (¿ya?).
I'll sing it one last time for you
Then we really have to go
You've been the only thing that's right
In all I've done
And I can barely look at you
But every single time I do
I know we'll make it anywhere
Away from here
Light up, light up
As if you have a choice
Even if you cannot hear my voice
I'll be right beside you dear
Louder, louder
And we'll run for our lives
I can hardly speak I understand
Why you can't raise your voice to say
To think I might not see those eyes
Makes it so hard not to cry
And as we say our long goodbyes
I nearly do
Light up, light up
As if you have a choice
Even if you cannot hear my voice
I'll be right beside you dear
Louder, louder
And we'll run for our lives
I can hardly speak I understand
Why you can't raise your voice to say
Light up, light up
As if you have a choice
Even if you cannot hear my voice
I'll be right beside you dear
Louder, louder
And we'll run for our lives
I can hardly speak I understand
Why you can't raise your voice to say ?
No controles mi forma de pensar
porque es total
y a todo el mundo gusto, porque
no controles mi forma de actuar
porque es total,y a todo el mundo gusto, porque
no controles mi forma de bailar
porque es total,y a todo el mundo gusto, porque
no controles mi forma de mirar
porque es total,y a todo el mundo gusto
No controles mis sentidos,
no controles mis vestidos
¡No!
No controles mi forma de pensar
porque es total
y a todo el mundo gusto, porque
no controles mi forma de actuar
porque es total, y a todo el mundo gusto, porque
No controles mis sentidos,
no controles mis vestidos
¡No!
No controles mis sentidos, no controles mis vestidos
¡No!
Ya chole chango chilango
Que chafa chamba te chutas
No checa andas de tacuche
Y chale con la charola.
Tan choncho como una chinche
Mas chueco que la fayuca
Con fusca y con cachiporra
Te pasa andar de guarura.
Mejor yo me hecho una chela
Y chance enchufo una chava
Chambiando de chafirete
Me sobra chupe y pachanga.
Si choco saco chipote
La chota no es muy molacha
Chiveando a los que machucan
Se va a morder su talacha.
De noche caigo al congal
No manches dice la changa
Al choro del teporocho
Enchifla pasa la bacha.
Pachucos cholos y chundos,
Chinchinflas y malafachas
Aca los chompiras rifan
Y bailan tibiri tabara.
Mejor yo me echo una chela
Y chance enchufo una chava
Chambeando de chafirete
Me sobra chupe y pachanga.
Mi ñero mata la bacha
Y canta la cucaracha
Su choya vive de chochos
De chemo, chupe y garnachas.

Transando de arriba abajo
Ahi va la chilanga banda
Chinchin si me la recuerdan
Carcacha y se les retacha.



Avalancha de Exitos
1) Chilanga Banda
2) Metamorfosis
3) No Controles
4) No Me Comprendes
5) Alarmala De Tos
6) Perfidia [instrumental]
7) Ojalá Que Llueva Café
8) Cómo Te Extraño Mi Amor
Uff… que difícil empezar a escribir un libro. Bueno, tendría que presentarme. Antes de decirles mi nombre les voy a decir quién soy. O quién no soy mejor: no soy normal. No soy una mujer a quien las cosas le fueron difíciles en la vida, nunca me tocó sufrir problemas de dinero, ni problemas de divorcios de padres, ni problemas escolares, digamos que siempre tuve una vida lo suficientemente calma como para aburrirme hasta límites insospechados. Lo cual no quiere decir que haya tenido una vida perfecta: muy por el contrario: creo que tanto aburrimiento y tanto “no pasa naranja” me llevaron a angustiarme por la nada misma. Bueno, tendría que tener un par de charlas más con Néstor que es quien verdaderamente sabe de qué color es el repollo. El tema es que en vez de jugar a las Barbies yo leía cuentos. Infantiles y no tanto. Recuerdo tomar los libros que mis padres dejaban olvidados encima de mesas o pianos. Pero por sobre todas las cosas: no tenía amigas. Literalmente y no estoy exagerando, no tenía una puta amiga. Siempre fui demasiado buena, creo que ese fue mi problema. Lo que decían de mí me afectaba absolutamente demasiado y, seamos sinceros, los comentarios de los infantes pueden ser muy destructivos. Sobretodo si tenés doce años y pesas 64 kilos. Sí. 64 kilos. Medía poco más que un ficus enano y ya pesaba más que mi viejo. Era candalosamente gorda. Abominable. Bueno, no tanto, pero esa imagen pensaba YO que los DEMÁS tenían de mí. Hasta hace poco creí que mi imagen personal era buena, que mi autoestima era elevada y reposaba en límites correctos o esperados. Pero después me di cuenta de que no era que no tenía amigas porque era gorda: sino que era gorda porque no tenía amigas. Espero que se entienda. Es decir, no me gusta explicar mucho todo. Soy más de tirar y esperar a que se entienda, pero como recién estamos empezando, prefiero explicar, solo por las dudas. En realidad yo no me veía mal, pero sí me sentía mal entonces todo lo que hacía era COMER. Mis compañeras del colegio jugaban a la soga y yo comía, mis compañeros jugaban fútbol y yo comía, ellos eran perfectos alumnos y yo comía. Mientras ellos juntaban flores yo me enamoraba estúpidamente de Federico Rodríguez, un compañerito con anteojos que nunca me iba a dar bola. Simplemente porque pesaba 64kgs y seriamente: porque era rara. Y sí. Era la preferida de los profesores, nunca faltaba a clases, me pasaba los recreos caminando sola por el colegio sin emitir palabra y tocaba piano como los dioses. Una nena que creció leyendo Bécquer mientras sus compañeras jugaban a ver quién se pintaba los labios del color más lindo, no es normal. Y nunca invité a una amiga a mi casa, nunca, nunca, nunca. Nunca me llamaron por teléfono (quizás de ahí mi quasi- fobia telefónica). Pero no exagero. Creo que ni yo me sabía mi teléfono de memoria. Bueno, era rara, simplemente, atrozmente rara. No solamente porque no tenía los mismos hábitos que todas las demás sino que era bastante acomplejada gracias a mis viejos y compañeritos del colegio. Dos ejemplos rapidísimos:

Verónica. ¡Cómo olvidarte! En algún momento pensé que era mi amiga. Resultó ser una imbécil, como todas las demás. Y además, protagonista de uno de los peores recuerdos del maldito primero colegio al que fui. Ella delgada y morena. Yo cuasi obesa y blanca como los dientes de mi gato. Una profesora pidió a alguno de los alumnos que le alcanzase por favor la guitarra que estaba detrás de un mostrador de madera. Para acceder a la guitarra había que pasar por un estrecho (bueno, no tan estrecho) espacio entre pared y mostrador. Yo, voluntariosa y alumna predilecta, me levanté para alcanzar la guitarra y sucedió lo obvio. No pasé. Era un tanque, admitámoslo. Verónica, morocha, graciosa, con una sonrisa resplandeciente y delgada como una arruga se acercó dando saltitos al cántico de: “yo voy a Slim, voy a Slim, yo voy a Slim, voy a Slim”.¿Qué más puedo agregar? Slim es una empresa de farsantes que dicen que te hacen adelgazar con geles y masajes extraterrestres y Verónica es una pelotuda por cantar esa canción con una chica obesa al lado. Y alcanzó la guitarra. Y yo me puse colorada. Y a llorar, supongo. Invento, porque no me acuerdo. Es imposible, si me acordara de todas las humillaciones por las que pasé no tendría que estar viva en este momento. Bueno, como si no hubiera intentado auto-eliminarme.

Enrique. Esta es la peor. Todavía no les conté pero me cambié de colegio cuatro veces. Verónica y Enrique pertenecen a mi primer colegio. Yo ya me había cambiado al segundo colegio pero como mis primas seguían yendo al primero, decidí pasar a visitar. Sobretodo porque después de intentar convencerme para que no me cambien las maestras no tuvieron mejor idea que pedirme que las fuera a visitar. Entonces fui al maldito Pedagógico y sentí el olor de la humillación. Estaba más gorda que nunca. Me habían crecido unos pechitos de grasa que eran bastante desagradables. Era verano pero tenía vergüenza de mostrar mi cuerpo entonces tenía una remera de mangas largas. Todavía no usaba corpiño así que mis tetitas eran absolutamente antiestéticas. Me sofocaba el calor. No miento, me sofocaba. Entré sigilosamente al aula y no había nadie. Fui al patio y los vi a los chicos jugando al fútbol: sorpresivamente estaban acompañados de las chicas. En mi cabeza y hasta ese momento siempre había sido muy femenina, o al menos creía que lo era. No se me cruzaba por la cabeza la idea de jugar al fútbol, eso es cosa de hombres. Me invitaron a jugar y me negué (otra vez excluida). Me quedé sentada cortando pastito del patio del colegio; y digo patio para no tener que explicar que eran varias hectáreas de hermoso parquizado, lleno de árboles, pinos y demás. Después todos se fueron a trepar árboles: peligro. No sé trepar árboles. Es decir, sí sé, pero nunca me animaba. Tenía la estúpida idea de que el árbol no iba a poder soportar mi peso. Y de hecho... sentía que las ramas se derretían debajo de mí. Es por eso que otra vez, mientras todos los demás subían a los árboles y jugaban a ver quién llegaba más alto, yo quedaba excluida. Abajo. Con las hormigas. Y los seres humanos arriba. Y yo abajo. El tema es que después se cansaron de los árboles y caminamos todos juntos por entre los árboles arrancando hojitas y pastos y buscando flores de sapo (así les llamábamos a las amarillas chiquitas que apestan). Me sentía bien. Todos estábamos abajo. Cuando de repente Enrique no tuvo mejor idea que hacer un comentario filoso. ¿Ya les dije que me gustaba Enrique? Por eso cuando me miró y abrió la boca mi corazón se empezó a mover con más ganas (además de que estaba caminando a una velocidad considerable para mis 64 kgs. de grasa). Enrique me miró y me dijo: “Y pensar que cuando éramos chicos eras la más linda. Eras hermosa”. Yo me sonrojé y dije bajito “gracias”. Entonces Enrique prosiguió: “¿Cómo cambia la gente, no?”.
Mi mundo se disolvió. Esperé unos cuantos minutos antes de ponerme a llorar. Esperé estar sola, claro. Quizás si alguna vez después de este libro me cruzo de nuevo con Enrique o Verónica o alguno de los otros, me digan que no recuerdan para nada estas anécdotas. Así es el ser humano: subjetivo y con memoria selectiva. No recuerdo mucho acerca de ese colegio ni de sus integrantes; pero cuando mucho después me preguntaban por qué era anoréxica y no me creían que había sido gorda, yo pensaba para mis adentros: “ja... pregúntenle a Verónica o a Enrique”.Y siguiendo con mis traumas, recuerdo a mis viejos. No es que nunca me hayan apoyado, nada que ver. Siempre dispuestos a ayudarme y cumplirme los caprichos. Soy la perfecta caracterización de la hija única de padres de clase media-alta argentina con descendencia italiana y española. Bueno, hija única fui hasta los 5 años cuando se le ocurrió nacer a mi hermano. En fin, la cosa es que nunca dejé de ser hija única, no porque mis hermanos no existieran sino porque yo tengo siempre diferentes necesidades. Me llevo 5 años con mi hermano y 6 con mi hermana, es decir: nuestras necesidades son diferentes.
Escena 3.
noche.
Comedor diario.
Sentados a la mesa mis viejos, mis hermanitos y yo. 13 años tenía en ese entonces. Seguía pesando 64, claro.
“dejá la mayonesa”- dijo papá
“¿por qué?”- pregunté inocentemente.
“porque engorda mucho”- me dijo.

En aquel momento mi mente infantil no me dejó leer entre líneas pero el episodio fue lo suficientemente perturbador para que 9 años después lo siga recordando. Mi papá me estaba diciendo que estaba gorda, pero como siempre en mi casa: las cosas no se dicen directamente. No sabemos decir las cosas directamente, es decir: adentro de mi casa. Porque afuera cada uno tiene una personalidad completamente diferente. De todas maneras, no quiero irme por las ramas porque es lo que siempre hago y voy a terminar el capítulo hablando de lo mucho que me gusta hablar en inglés o andar a caballo, en caso de que me gustase. De hecho, me gusta. Pero es otro tema. Vuelvo con mis viejos. No, mejor hago un capítulo aparte de aquello. Aquella noche no dejé la mayonesa pero tampoco dejé de pensar en la cara de mi mamá mirando comer mayonesa casi con asco y arcadas y en por qué ella siempre, siempre, siempre comía ensalada. Lo que nunca me cuestioné era por qué ella era esquelética y yo obesa. No lo tenía en cuenta, yo estaba bien. El tema es que mis viejos me tiraban abajo. Me decían qué tenía que comer y qué no. Se empezaron a preocupar por mi aspecto físico pero jamás se preocuparon porque yo no tenía amigas o porque leía demasiado o porque no recibía llamadas telefónicas ni quería festejar mis cumpleaños. Esas cosas parecían no interesarles y se escudaban bajo la oración: “es que es una nena especial”. Especial. Eso fui siempre, o al menos eso escuchaba que se hablaba de mí. Eso me hicieron creer, o eso querían que yo escuchara, o eso querían que los DEMÁS escucharan. Especial. Entonces me hacían tomar clases de piano. A los 5 años mi abuela (mamá de mi mamá y concertista) me empezó a llevar a sus clases de piano y poco después empecé a tomar clases. No es por ser vanidosa pero era muy buena. Aprendía las notas de memoria, tanto que nunca tuve que aprender a leerlas en un pentagrama (algo que más tarde me costó caro cuando quise retomar el tema del piano). Así me podía aprender sonatas, sonatinas, o conciertos enteros de memoria. Me cansé de escuchar que tenía un oído increíble y que si me dedicaba a eso iba a llegar muy lejos. De hecho, sí. A los doce o trece años di un concierto donde toqué algo de Chopin, Bach o el boludo de turno. Tengo esa parte de mi vida tan borrada que dar detalles sería mentir burdamente. Lo cierto es que tengo el folleto de mi concierto en algún lugar de mi placard y también es cierto que estoy demasiado cómoda en este momento como para ir a buscarlo. Si estuviera la empleada doméstica le pediría que lo busque por mí. Aunque no estoy segura de que sepa lo que es un folleto de esta índole. Además es una metiche y me va a preguntar para qué lo necesito y me va a preguntar por qué ya no toco piano y no suelo darle explicaciones a la gente. Así que mejor no le pido nada. Aunque ni siquiera está, pero si estuviera acá tampoco le pediría algo. De todas maneras es un dato estúpido. ¿Qué importa? No solamente era una excelente alumna de piano, sino que era el orgullo de mi familia. Mis hermanos eran todavía demasiado chicos como para tocar un instrumento (y a decir verdad, nunca les exigieron demasiado) así que yo era el tentempié de la casa. Siempre que venía algún invitado me pedían que toque una invención de Bach o alguna sonata, lo cual no me gustaba ni un poco, pero lo hacía. Me querían porque tocaba piano, estaba bien, tenía que hacerlo. Y ahora bien, si mi memoria no me traiciona lo que tocaba hasta el cansancio era Bertini, Heller, Cimovosa, Czerny y más tarde Chopin y Piazolla. Además de piano me mandaron a tomar clases de tenis. Ahora deduzco que querían hacerme bajar toda la grasa. Así que tomé clases durante mucho tiempo y era buena. ¿Ven? Eso es lo que siempre me molestó: ser buena en todo lo que quería hacer, o mejor: en lo que me mandaban hacer. Porque si apestaba quizás me dejaban dejar de hacerlo pero era muy buena en todo. Mis habilidades eran muchísimas: danzas, bailes de todos tipos, tenis, piano, natación, inglés. A los nueve años empecé a estudiar inglés y poco más tarde a nadar en un club. Era excelente en inglés y mucho más buena en natación. Pronto empecé a competir en torneos y gané todas las competencias. Excepto una. Y me acuerdo que mi “rival” era una chica mucho más grande que yo. No estaban bien definidas las categorías, no había forma de que le ganase a ese delfín de dos metros de altura. Perdí y no volví a nadar en ningún torneo. Sí, tengo miedo al fracaso. Por eso odio los exámenes y odio que mucha gente lea este libro y pueda criticarme. Pero con el tiempo y con los retos de mi vida me di cuenta de que lo que piensa la gente no me interesa, o que al menos puedo fingir que no me interesa y puedo hacer que la gente crea que soy autosuficiente. Lo cierto es que me interesa por demás de la línea de lo normal o esperado. Sí, claro. Siempre excediendo esa línea. Esa soy yo: Cielo, la que excede los límites de lo normal. Pocas veces para bien.
Quisiera o no, que Alejandro se estuviera con la hermana gemela de su primer amor me estaba corroyendo el espíritu y lo poco de autoestima y esperanzas que albergaba (quizá inútilmente). Nunca me gustó dar lástima y por ello en la universidad ninguna de mis amigas siquiera sabía lo mal que la estaba pasando. Había vuelto el arlequín, el muñequito de torta, el disfraz de la mujer maravilla, todos juntos, combinados intentando formar una nueva personalidad para confrontar este momento: abandono. Y peor aún: reemplazo. Porque sí, sabemos que tengo un tema con el abandono (y que probablemente se deba a algún desvarío de mi infancia) pero si hay algo que me cuesta más que el abandono es el reemplazo. Palabra fuerte, si las hay.
Ser abandonado es desprenderse de un lazo, desajustarse el cinturón: sentirse inseguro. Cuando alguien me abandona me siento huérfana, perdida, sin tierra. Soy Ammar Mousa, luchando contra los israelitas. Soy yo, entre la neblina buscando el camino de vuelta a ninguna parte. Ese es el abandono: una casa vacía y yo gritando el nombre de quien me abandonó; abandono es un eco que dice Alejandro, Alejandro, Alejandro, incansablemente en mis dos oídos para siempre. En cambio, el reemplazo es aún peor. Es un bosque sin neblina, donde claramente veo que no solo me han dejado a un lado, sino que lo hicieron por un propósito o mejor: por una persona. Que me abandonen y se retiren con las manos vacías, bien, podría entenderlo después de un intento de suicidio y cinco años de terapia, pero que me abandonen para irse con otra persona eso jamás. No voy a poder entenderlo, no pude entenderlo y no lo entiendo, ni quiero, ni pienso, ni nada. No. Es una negación absoluta, el reemplazo es sinónimo de sofocación, de que me falta el aire, de que me puedo morir inmersa en convulsiones sin remedio alguno. No me reemplaces Alejandro, jamás.

Y como si se lo hubiera pedido, lo hizo. No se estaba yendo a vivir a Monte Grande porque quería estar cerca de su familia. Se había ido a vivir con una mujer: ¿cómo puedo luchar yo contra una mujer que le recuerda a alguien a quien ama y que tiene un hijo que despierta los instintos paternales en un hombre que rechazó a mi propia hija? No puedo competir con un bebé. Siento darme por vencida antes de la pelea, pero prefiero que mi cadáver luzca bien; no necesito morirme destrozada y enterrada en una fosa comunitaria porque mis viejos no pudieron reconocer mi cuerpo. No.
Guayaquil te esperara por siempre

Néstor me dio las fotos en la mano, envueltas en aquel sobre celeste y me fui. Antes dudé: “no sé si verlas con vos o no”. Finalmente decidí que tenía que ser fuerte o valiente o no sé qué otra pavada y verlas sola. “¡Quizás ni las vea!”- le dije. “Cualquier cosa llamame”- me respondió seriamente. No iba a necesitarlo “soy fuerte, puedo soportar ver algo que fui”. No, porque creo que nunca tuve noción de lo que era. Nunca y quiero decir: jamás. Fue hace siete días y sin embargo, aún lo recuerdo detalladamente como si me hubiera marcado por el resto de mis días. Salí de lo de Néstor nerviosa pero con confianza en mi estabilidad mental. Caminé con paso lento hasta mi auto aunque lloviznaba. En una mano el sobre celeste, en la otra mi cartera con las llaves de auto. Lo abrí y me senté. Apreté el embrague, puse punto muerto, encendí el motor dándole la vuelta a la llave, moví la palanca de cambios de izquierda a derecha y de derecha a izquierda sin ninguna razón mientras apretaba el embrague. Miré el asiento del acompañante donde descansaba el sobre celeste y un hilo de frío recorrió mi cuello y mis brazos. Seguía lloviznando: detesto manejar cuando llueve. Embrague, primera, arranqué por fin, sin destino. Mientras iba a ningún lado pensé: ¿cuál es el mejor lugar para ver las fotos? No, quizás simplemente deba ir al cine. Manejé hasta el cine mientras lloviznaba. Estacioné, mi prima siempre dice que soy afortunada, encuentro estacionamiento hasta en el más inusitado lugar. Ojalá fuese tan afortunada para encontrar cosas con más sentido o importancia. Apagué el motor del auto, puse el freno de mano. El cambio quedó en marcha atrás. Sentada, respiré profundo y me abalancé sobre las fotos. Abrí el papel celeste y vi la primera: yo, mirando a la cámara llorando. Tragué saliva. Segunda foto: yo, mirando a la cámara otro día, también llorando. Respiré profundo. La tercera foto fue demasiado para mí. La miré por medio segundo y lancé un grito desgarrador. “¡NO!”. Un trueno sonó al mismo tiempo que mi grito y puedo jurar que grité más fuerte que el trueno. “¡No! ¡No! ¡No! ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué me hice? ¿Por qué? ¡No!”. Llovía copiosamente y el viento soplaba a lo que me parecían más de mil kilómetros por hora. Lloraba desconsoladamente y golpeaba el volante haciendo sonar la bocina al grito de “NO”, un no sofocado por mis propias lágrimas y por los truenos. Respiré. Conté hasta diez, como pude. Inspiré, exhalé, inspiré, exhalé. “Esa no soy yo”- dije en voz alta. “No soy yo… dios mío… DIOS MÍO”- seguía gritando y mi llanto se confundía que los relámpagos que parecían entenderme y hasta acompañarme. Me quedé adentro del auto durante cuarenta y cinco minutos, viendo cómo las gotas golpeaban el parabrisas. Me tiré en el asiento del auto, destruida, sofocada, desarmada, rota.Volví a mirar las fotos, vi la cuarta que era aún peor. Estaba ahogada, ahora ni siquiera podía respirar o llorar. El vidrio de mi camioneta estaba completamente empañado y lo que sentía se asemejaba muchísimo a la muerte. Entonces me vi: los ojos y la boca entreabiertos, más cerca de la muerte que de cualquier otro estado. Pelada y maltratada, con una gota de sangre recorriéndome la cara, desde el cuero cabelludo ensangrentado hasta la mejilla pasando por al lado de mis ojos y casi tocando mi boca. Mi cabeza lloraba sangre. Grité, grité, grité. No me importaba lo que estaba pasando alrededor mío: no existía nada más que eso. Era yo, pelada, con los ojos drogados y la boca seca, con un hilo de sangre recorriéndome la cara casi muerta. Lloré y grité y golpeé el volante y caí en una crisis de nervios. Todo en mi temblaba, mis manos, mis ojos, mi boca. Pronto era un océano sinfín de lágrimas saladísimas. “¡Esa soy yo! ¡Esa soy yo! ¿Cómo pude hacerme eso? ¿Cómo puedo hacerme esto? ¿Por qué me lo hice?”- todo esto gritaba mientras golpeaba los vidrios y lloraba convulsivamente. Creía que aquella era yo, que eso era en ese instante. Había olvidado mi cara y que aquello no era el presente: se me confundieron los mundos nuevamente, absurdamente. Intenté tranquilizarme y después de cuarenta minutos de estar acostada en el auto, giré el espejo retrovisor y lo enfoqué en mi cara. Me miré durante intensos minutos. No soy yo: yo tengo cejas y pelo largo y algunos cuantos kilos más. No soy yo: mis ojos están abiertos y algo hinchados de tanto llorar, pero mi boca no está seca. Estoy viva. Esta soy yo, no soy aquella. Me miré indefinidamente mientras llovía eternamente. Una hora después bajé del auto, la lluvia se había calmado, yo también. Me puse los auriculares del reproductor de mp3 en las orejas y caminé hasta el cine. Saqué una entrada (de nuevo sola, eternamente sola). Me senté en el cine y durante dos horas y media no recordé nada acerca de las fotos ni de mi pasado. Quisiera ir al cine veinte horas por día, así olvido quién soy y por sobre todas las cosas quién fui. Horas después le comenté a alguien que tenía las fotos de Néstor. “¿Sí? ¿Están buenas?”. Supongo que no tengo muchos comentarios que hacer acerca de mi interlocutor. “¿Si están buenas? Son terribles”– contesté, pero no pretendí que entendiese qué significan para mí, porque no hay posibilidades de aquello. Nunca es lo mismo vivir que escribir o describir. Jamás. A partir del día en que vi esas fotos mi vida cambió. Volví a tener recuerdos vívidos del día del suceso. Como un efecto dominó verme como nunca me había visto (no estaba consciente mientras me saqué aquellas fotos) me trajo recuerdos y sentimientos encontradísimos. Estoy contenta por estar recordando pero además aquello me suscita pasiones opuestas. Entonces recordé y me animé a preguntar. Me reuní el sábado siguiente con mis amigas de la UCA después de tanto tiempo y me animé a hacer algunas preguntas. Me contaron más o menos lo que ya sabía, pero además me dijeron que yo fui (con licencia de Néstor) a la universidad un día durante la primera semana de internación. Me dijeron que hice un escándalo con la psicopedagoga y que ésta prohibió el documental en ese momento. No recordaba haber hablado con esa mujer, ni siquiera sé quién es y a duras penas puedo recordar su nombre. Jamás podría volver a esa universidad de medio pelo, nunca. También me contaron que Pilar quedó muy traumada con todo lo que me pasó. “Haberte encontrado en ese estado, eso no se lo pudo sacar jamás de la cabeza. Lo bueno es que te vemos bien y contenta”. Sí, nunca me van a ver en pena y llorando, porque nunca voy a demostrar lo que verdaderamente siento.